¿Cuántas veces ha escuchado la palabra NO? No haga eso o no haga aquello. La pequeña palabra, de tan solo dos letras, cuando se pronuncia, causa un impacto muy grande, llegando al punto de que muchas personas desistan de sus objetivos.
Sin embargo, siempre hay alguien que quiere inducir a cosas equivocadas y, en estos casos, no saber decir NO también se convierte en un gran problema. Muchos jóvenes no saben decir NO a las drogas, a la violencia, los bailes o sexo.
Pero, ¿qué tipo de consecuencias puede traer todo eso?
Los daños pueden ser mucho mayores de los que usted se imagina. Pueden aparecer en la salud, en los estudios, en la familia e incluso en la fe.
Es importante saber decir NO a las ilusiones y fantasías que se le presentan. Son muchos los que señalan el camino, que le dan consejos, que critican sus elecciones, eso es inevitable, pero usted tiene libertad para escuchar, pensar y decidir lo que es mejor para usted.
Eso fue lo que decenas de jóvenes aprendieron la tarde del pasado 27, en el evento “Sepa decir NO”, realizado en la ciudad de Estocolmo, capital de Suecia. Además de la importancia de negar las atracciones momentáneas que le ofrezcan durante la vida, ellos también entendieron la importancia de entregarse al Señor Jesús, pues solo Él es capaz de proporcionar la verdadera felicidad.
Durante la concentración, hubo varias presentaciones de break dance, zumba y una pieza teatral para alegrar a los presentes. Todos tuvieron la oportunidad de aprender a estar siempre alertas sobre las consecuencias de una elección equivocada.
El evento “sepa decir NO” se realiza desde el 2012 por el grupo Fuerza Joven Europa (FJE). Países como Francia, Portugal, Italia y Cabo Verde ya recibieron la visita del pastor Gelson Luís, responsable del trabajo de evangelización de la juventud europea.
Por medio de este trabajo, miles de vidas han sido rescatadas al igual que el joven Ruslan, (foto), que antes de participar de la FJE era despreciado por sus familiares. “Estaba perdido en la homosexualidad, bailes y vicios. Odiaba a las personas que me rodeaban. Me invitaron a participar de un evento y conocí el trabajo de la FJE donde tuve la oportunidad de comprender la verdad que libera. Aprendí a decir NO a mis voluntades. Obtuve conocimiento y, día tras día, he aprendido a vivir la fe”, destacó.