¿Ha hablado más de la cuenta en algún momento y salió perjudicado? Puede ser que ya haya pasado por una situación vergonzosa porque no supo quedarse callado: hizo un comentario sin importancia a alguien, una broma fuera de lugar o contó algo personal y después se arrepintió.
La palabra es un maravilloso instrumento de comunicación, pero, cuando se utiliza de una manera inadecuada, puede ser perjudicial. ¿Cuántos empleados han perdido sus puestos de trabajo por hablar mal de la empresa? ¿Cuántas relaciones fueron perjudicadas porque los cónyuges discutían más de lo que escuchaban? ¿Y qué decir de amistades que naufragaron a causa de una palabra dicha en el momento equivocado?
La psicoanalista Andréa Soares Camargo Mota dice que muchos problemas podrían evitarse si las personas pensaran antes de hablar. “Cuando se hace una reflexión antes de decir algo, dejan de decirse un montón de cosas innecesarias. Sin embargo, cuando se habla intempestivamente, la palabra puede terminar desuniendo, alejando a personas y destruyendo lazos”, señala.
La especialista explica que no siempre es fácil guardar silencio, pero que el cambio de postura depende del esfuerzo personal. “Por supuesto que hay momentos en el que es difícil contenerse, pero, a veces, es mejor hacerlo, respirar hondo y escuchar. Y solo después de esto exponer su punto de vista”, aconseja.
Ella recuerda que el hecho de quedarse callado también es válido en las redes sociales. “Hoy, muchas personas exponen su intimidad en internet, lo que trae muchos problemas. Evite contar mucho sobre su vida y hacer comentarios innecesarios en el perfil de los demás”, recomienda.
El momento de hacer silencio
Existen innumerables situaciones en las que es mejor permanecer en silencio. Una de ellas es cuando escucha un chisme, aunque la conversación parezca divertida, no caiga en el error de también hablar de los demás.
La especialista da el siguiente consejo:
“Evite hacer comentarios. Si estuviere cerca y tiene que escuchar, solo escuche. Si pudiera alejarse, mejor. En el caso de que le pregunten su opinión sobre la persona criticada, diga que no quiere decir nada o que no sabe. Aunque se quede fuera de contexto, después se sentirá mejor por no haber compartido el chisme”, destaca.
Otra situación que comúnmente ocurre entre las personas que tienen la fama de hablar demasiado es que dicen que saben mucho sobre algún asunto. Andréa afirma que el “hablador” necesita reconocimiento y, por eso, termina exponiendo lo que sabe en momentos inadecuados. “A él le gusta salir gritando a los cuatro vientos qué es lo mejor que se puede hacer en una determinada situación. Solo que, por lo general, hace esto sin necesidad”, revela.
Ahora, si a usted le gusta opinar sobre algún asunto incluso cuando lo desconoce, evalúe los riesgos que sus comentarios pueden generar. “Es mejor guardar silencio que hablar solo porque no quiere quedar como ‘un pez fuera del agua’.”
La especialista advierte que hablar de la intimidad también es muy arriesgado, porque, cuando expone situaciones particulares, puede recibir comentarios desagradables. “Si usted es de aquellos que cuentan todo lo que sucede, sus palabras pueden ser utilizadas en su contra. Por eso, no exponga sus momentos personales. Ellos solo se refieren a los implicados”, orienta.
Cuando uno habla y el otro escucha
A menudo pasamos por situaciones en las que tenemos ganas de decir todo lo que viene a nuestra mente sin preocuparnos por quien nos está escuchando. En esas ocasiones, lo mejor que puede hacer es quedarse callado y retirarse de una posible discusión. “Es necesario dejar de hablar, pensar claramente y con calma, para que después, pueda exponer su punto de vista. Si actúa por la emoción, ninguno podrá entender al otro”, advierte Andréa.
En cualquier relación, la psicoanalista recomienda que se escuche lo que el otro tiene que decir, incluso si usted tuviera la razón. “Acepte lo que la otra persona dice para no causar más estrés o destruir la relación. Futuramente, el otro se dará cuenta que estaba equivocado”, dice.
Quizás, para usted, el hecho de quedarse callado exija mucho esfuerzo y dedicación. Pero, si ejercita estos consejos, de a poco, cambiará su postura y, de esta manera, podrá evitar varios problemas. Descubrirá que en el silencio también hay maneras de expresarse y demostrar lo que siente. Solo debe practicarlo.
Escuche más y hable menos
*Póngase en el lugar del otro durante la conversación.
*Concéntrese en la postura de la persona.
*No prejuzgue antes de que el interlocutor termine de hablar.
*Entienda antes de interpretar o criticar.
*Haga todo lo posible para tener en cuenta otras opiniones.
*No sea ansioso sobre su momento para hablar.
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