No es raro ver a personas que se sienten derrotadas en la vida, aun siendo jóvenes. Después de enfrentar varios problemas, comienzan a creer que no hay más posibilidades de vencer en la vida. Sin embargo, la Biblia desconsidera esa manera de pensar y afirma que el que cree en Dios, “Cuando el hombre caiga, no quedará postrado, porque el Señor sostiene su mano.” (Salmos 37:24)
Es decir, no importa el tamaño de la caída, los que utilizan su fe nunca aceptarán la derrota. Por el contrario, se levantarán y seguirán adelante. ¿Y no es exactamente eso lo que hace un vencedor?
En su blog personal, el escritor Renato Cardoso revela que el secreto de los vencedores consiste en no vivir basándose en los resultados más recientes. Esto se debe a que “no podemos vivir por el ánimo ni por el desánimo. Vivir así da como resultado una vida de altibajos – en realidad, más bajos que altos”.
Él aprovecha la oportunidad para plantear la siguiente pregunta: “¿Cuántas veces usted no se sintió con ánimo para levantarse a la mañana e ir a trabajar, ir a la escuela, etc. – pero fue? En ese momento usted venció su desánimo y lo hizo de todos modos sin ánimo. Usted fue porque tenía que ir, tenía que hacerlo, si no…”.
Según él, para lograr la victoria es necesario que la persona sepa que puede superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino, que cualquier problema será pasajero.
El camino hacia la victoria
Karina Lazzaro descubrió eso participando de las reuniones en la Universal. Desequilibrada emocionalmente, ella llegó a Chile después de que una persona de su propia familia le robara. Los golpes sufridos hicieron que, poco después de los 20 años de edad, Karina ya se sintiera derrotada por su propia vida.
Después de su llegada a Santiago de Chile, capital del país, se dio cuenta de que, en la situación en la que se encontraba, nunca podría ser una vencedora en la vida. “No estaba bien espiritualmente, debido a tantos problemas, era una persona triste y angustiada, había un vacío dentro de mí”, recuerda la joven, hoy con 27 años de edad.
Ese vacío, causado especialmente por no creer en su propio futuro, fue llenado por la fe que obtuvo con la ayuda de los pastores y obreros de la Universal. Karina cuenta que comenzó “a participar de las reuniones, a buscar a Dios y a tener una esperanza.” Con la esperanza renovada, “incluso cuando todo estaba mal, yo estaba fuerte en mi interior. Cada domingo me fortalecía, cada palabra que escuchaba me llenaba de paz y en cada oración me acercaba más a Dios”.
Karina, estaba desanimada y desamparada, pero eso cambió cuando ella se dio cuenta que su amparo debía provenir de Dios, y no de los hombres. Ella siguió adelante. “Aprendí que junto a Dios, la victoria está garantizada. Mi vida espiritual se fortaleció debido al encuentro que tuve con Dios y eso es individual: primero me sucedió a mí y luego a mi marido”, cuenta la joven.
Juntos, ellos lograron abrir un salón de belleza que brinda varios servicios exclusivos. Ese salón creció y hoy cuenta con empleados capacitados y calificados en el área.
Karina se convirtió en una vencedora. Su secreto fue no detenerse, incluso cuando la derrota cayó sobre ella. Hoy la joven es feliz, no solamente en la vida profesional, sino especialmente, en la vida espiritual, porque según sus propias palabras, “conquisté la verdadera alegría que es el Espíritu Santo”.
Usted también puede alcanzar esa alegría, independientemente de lo mala que ahora parezca su situación. Participe de la reunión del Encuentro con Dios y sepa cómo mejorar su vida a través de la fe. “Ignore su desánimo y simplemente haga lo que tiene que hacer. Él ánimo suele venir poco después. Pero si él no llega aprenda a seguir sin él”, recomienda Renato. Haga lo que debe ser hecho: actúe por el cambio.
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