El espíritu de fe que movilizó a 70 personas para ser parte de la Caravana de Argentina que viajaría al Templo de Salomón, en San Pablo, hizo posible un viaje sin igual. Toda la comitiva se preparó para visitar el Templo de Salomón con el objetivo de presentar sus oraciones al Dios Vivo, partieron de nuestro país el pasado miércoles 10 de mayo para regresar el domingo 14.
Una vez en el Templo de Salomón pudieron apreciar la santidad de ese lugar tan especial y aprovecharon la ocasión para tener un encuentro único con Dios, experiencia que los renovó completamente. Quienes viajaron aprovecharon para participar de algunas reuniones, entre ellas la Terapia del Amor a las 20 h, el viernes a las 20 h, con el obispo Clodomir Santos, y a las 22:30 los hombres pudieron participar de la reunión del IntelliMen. Al otro día, todos los representantes de Argentina realizaron un tour por el Tabernáculo y el domingo participaron de la reunión de las 9:30 con el obispo Clodomir Santos para luego emprender el regreso.
Para cualquier persona solo fueron unos pocos días, pero para la Caravana de Argentina, fue un antes y un después en su vida espiritual porque regresaron a sus hogares con la bendición del Altar Mayor.
Una renovación para la fe
El pastor Filipe Henriques relata cómo vivió esta experiencia: “El pueblo de Argentina que participó de esta Caravana esperaba con muchas expectativas entrar al Templo de Salomón. Todos quedaron sorprendidos delante de la grandeza de Dios, fue una experiencia maravillosa.
Para mí, el viaje al Templo de Salomón fue una experiencia única ya que fue la primera vez que lo visitaba y superó todas mis expectativas. Fue algo extraordinario solo colocar mis pies en la explanada del Templo y contemplar la grandeza de mi Dios, a quien sirvo hace 22 años. Pude ver en toda esa estructura la representación del sacrificio de todo el pueblo de la Universal y también la realización de un sueño.
Al entrar en el Templo de Salomón, me quedé sin palabras, la presencia de Dios invadió todo mi ser, fue una renovación para mi fe y un avivamiento para mi ministerio. Puedo decir con seguridad que el Templo de Salomón es el Altar de Dios en la Tierra. ¡No veo la hora de regresar!”.
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