Se realizó un nuevo evento exclusivo para hombres en el Templo de la Fe, en el interior del país se pudo asistir por videoconferencia. En esta oportunidad, los miles de hombres que participaron aprendieron el valor y la necesidad de autoevaluarse.
Basado en la Palabra de Dios, “Pues así ha dicho el Señor de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.”, (Hageo 1:5), el pastor Víctor Aponte, responsable por el Proyecto IntelliMen en Argentina, explicó: “Un gran error que cometemos es compararnos con otras personas. Nos comparamos con quien creemos que está peor que nosotros y nos consolamos pensando: ‘Me está yendo muy bien’. Nos comparamos con quien está en el mismo nivel que nosotros y nos acomodamos pensando: ‘no estoy tan mal’. Y nos comparamos con alguien a quien juzgamos superior a nosotros y nos inferiorizamos, diciendo: ‘Quién soy yo… ¡Qué tipo suertudo!’. O sea, compararse con alguien solo sirve para tener una falsa sensación de que usted no necesita o no puede cambiar.
En el mes de agosto nos vamos a autoevaluar, porque, ¿quién nos conoce mejor que nosotros mismos? Para tener éxito es necesario conocerse. David, por ejemplo, sabía quién era y en Quién creía, no se comparó ni con el gigante Goliat, ni con sus hermanos, que eran soldados profesionales. Usted no debe compararse con nadie, debe aprender a evaluarse a sí mismo, a exigirse y a desafiarse. Es ahí donde entra el Proyecto IntelliMen, con 53 desafíos que llevan al hombre a autoevaluarse, a descubrir sus debilidades para fortalecerse, para superar sus miedos.
Cuando se autoevalúa, usted considera lo que ha sido en relación a lo que usted ya fue y a lo que puede ser. El proceso de autoevaluación funciona evaluando primero su pasado, lo que usted ha sido, para luego considerar su potencial, lo que puede ser. El tercer paso es decidir qué va a hacer para alcanzar su potencial, y hacerlo.
Sin autoevaluación usted no puede determinar cuál es su condición actual. Y sin ese conocimiento, usted no podrá aplicar esfuerzos inteligentes para mejorar.
Muchos no quieren aplicar la disciplina porque eso exige un sacrificio, una renuncia. El hombre disciplinado dedica tiempo periódicamente a preguntarse, ‘¿Cómo me está yendo?’, ‘Si continúo así, ¿adónde voy a llegar?’, ‘¿Es hora de cambiar de rumbo?’. David pensó eso, él quería una vida diferente. El hombre que se autoevalúa adquiere confianza, porque vence los miedos que le impiden vencer en la vida. Autoevaluarse es una inversión para crecer”.
A continuación, el pastor invitó a los hombres que reconocían que era hora de cambiar de rumbo a acercarse al Altar para orar por ellos.
Luego, explicó el entrenamiento del mes de agosto para quienes desean ser más disciplinados y finalmente presentó a nuevos hombres que completaron los 53 desafíos del Proyecto.
El próximo evento se realizará el sábado 3 de septiembre a las 17 h en Av. Corrientes 4070 y en todas las provincias, invite a un amigo para que participe con usted, porque “… amigo hay más unido que un hermano.”, (Proverbios 18:24).
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