Según la psicóloga Aline Desire Lemos, cuando existe un lazo de sangre o afectivo es una obligación ayudar, principalmente porque aquel que necesita ayuda puede no ver sus propios problemas. “Y en estos casos, muchas veces los amigos también están tan involucrados que no logran visualizar la dificultad.”
Es necesario que los familiares observen, para saber si la persona realmente necesita ayuda, pues el problema puede venir de caminos adversos. “Pueden ser problemas de alcohol, dependencia de sustancias químicas en general, depresión, síndromes, algunos indicios de un pedido de socorro”, explica Aline.
Muchos creen que solamente los problemas económicos son los que necesitan apoyo, pero, para Aline, estos son los más fáciles de resolver. “Pues no dispone de energía afectiva, simplemente usted presta o da dinero y punto. En los otros problemas, usted necesita dar su tiempo, estar dispuesto a escuchar y, muchas veces, acompañar a la persona a que reciba una ayuda especializada”, aclara.
El problema mayor es cuando la persona no logra aceptar ser ayudada. “Eso sucede porque no se da cuenta de su situación y se niega a ser auxiliada. También depende mucho del problema que presente. Por ejemplo, si fuera por drogas generalmente no quiere ayuda, pero actualmente tenemos recursos para una internación, aún con la negativa del paciente. Sin embargo, si fuera algo más emocional, como depresión y síndrome de pánico, difícilmente se niegue, porque el sufrimiento es muy grande, y sólo desea salir de estado de dolor”, ejemplifica la psicóloga.
Apoyo familiar
Según Aline, existen otras enfermedades que el paciente no se dio cuenta que contrajo. “Por eso es muy importante que la familia vea sus necesidades y que busque siempre la orientación de un profesional capacitado, también para sanar las múltiples dudas de la familia, que siempre existen.”
Este apoyo familiar es siempre benéfico, porque la familia como un todo usufructuará la mejoría de esta persona. “Lo que debe quedar claro también es que, cuando alguien se enferma, todos necesitan ayuda. Pues muchas veces, la familia se desestabiliza y se vuelve un problema general”, resalta ella.
Fue lo que sucedió con la familia del técnico de informática Edson Silva, de 50 años. “Nosotros sabíamos que mi hermano necesitaba ayuda, pero ya estábamos tan cansados por los problemas que había causado, que no teníamos fuerzas ni para nosotros mismos, mucho menos para él”, cuenta.
La psicóloga enfatiza exactamente esta búsqueda de la familia para resolver un problema puntual, que se hizo de todos. “Es dañino cuando la familia no busca un tratamiento adecuado y apunta los problemas para quien lo sufre, creyendo que está así porque quiere. Por eso, es necesario que el tratamiento no se enfoque solamente en el enfermo, sino también en la familia que convive con él.”
Sin embargo, en algunos casos la ayuda de amigos es mejor recibida que la de los familiares, porque están del lado de afuera y la relación no es de sangre. “Cuando es alguien de casa hablando y dando consejos, en general, el ser humano no escucha, porque cree que están intentando manipularlo o controlar su vida”, finaliza la especialista.
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