¿Cuándo es prioridad en su vida, la otra persona?
En el libro de Marcos, capítulo 2, se encuentra el relato de un paralítico que fue curado. Sin embargo, la forma en que sucedió fue diferente. Porque no dependió exclusivamente de él, sino de otros.
Cuando Jesús llegó a su casa, todos lo supieron y querían estar allí también por diversos motivos: precisaban un milagro, verlo de cerca, querían especular, enfrentarlo. El hecho es que existía alguien especial que precisaba llegar cerca a Él, pero no tenía manera de hacerlo.
Cuatro personas decidieron ayudarlo, cargaron al paralítico en su camilla hasta la casa de Jesús. Una vez que llegaron, al ver que había mucha gente, lo llevaron hasta el techo de la casa, hicieron un hueco y lo bajaron hasta que el paralítico quedara en la presencia de Jesús. Y él fue curado.
Hacer el bien a otro
Jesús estaba en su casa y las personas podían verlo, tocarlo, conversar con Él. Esos cuatro hombres que ayudaron al paralítico con certeza también tenían algún pedido, algo en particular que hablar con el Maestro, pero decidieron que ese día, era el día de la cura del enfermo.
Ellos no miraron las dificultades, solo cargaron la camilla, y cuando vieron la multitud que les impedía llegar cerca a Jesús, no desistieron, sino que desearon poner al paralítico en la presencia de Él, aunque esto resultara trabajoso.
¿Qué ha hecho usted por las personas a su alrededor? Es excelente pensar en usted, hacer planes, buscar siempre el mejor empleo, el mejor auto. Pero ¿y aquellos que solo necesitan la presencia de Dios? ¿Aquellos que solo necesitan una ayuda especial para recibir un milagro?
No se cierre, mire a su alrededor, ayude de alguna manera, aunque parezca trabajoso o imposible, pero haga algo por alguien aunque esta persona no logre pedir auxilio. Aquel paralítico fue curado, pero para eso fue necesario que hubiera personas que se dispusieran a ayudarlo.
Con certeza, Jesús sabía lo que aquel enfermo precisaba, pero también es cierto que aquellos cuatro hombres necesitaban tener la experiencia de ayudarlo.
Por eso, cuando alguien necesite de usted, haga su parte, aunque parezca difícil. Usted puede ser un canal de bendición para esta persona y, sobre todo, formará parte de su historia para siempre.
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