Oiga lo que el Espíritu les dice a los cristianos…
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:11-13
El Dios-Padre conocía la necesidad de que Su Hijo fuera revestido con Su Armadura para que cumpliera Su misión. Y lo hizo en Su bautismo en las aguas del Río Jordán.
Como el Dios-Padre, también el Dios-Hijo sabía la necesidad de que los discípulos fueran revestidos con Su Armadura para que también cumplieran su misión en la prédica de Su Palabra. Y lo hizo el Día de Pentecostés.
A partir de entonces, todos los verdaderos seguidores del Señor Jesús se revistieron con TODA la Armadura de Dios para vencer todas las luchas que iban a enfrentar contra el infierno. A fin de cuentas, fueron libres del dominio de Satanás y sabían que el mismo intentaría usar el infierno para arrancarlos del Reino de Dios de vuelta hacia el reino de las tinieblas.
En esa época, los discípulos se empeñaron con todas sus fuerzas para revestirse con TODA la Armadura de Dios – el Espíritu Santo. Objetivo principal: estar firmes contra las acechanzas del diablo.
Es Dios Quien ordena: Vestíos de toda Mi Armadura.
Vestirse significa cubrirse. El Dios-Padre quiere que todos Sus hijos se cubran con TODA Su Armadura. No es una sugerencia, es una orden. Vestíos de TODA la Armadura de Dios.
¿Por qué la responsabilidad de vestirse es nuestra en lugar de ser de Él, ya que TODA la Armadura es de Él y, siguiendo el orden natural, solamente Él tiene autoridad para vestir?
Más adelante, nuevamente, Él insiste en la orden: tomad TODA la armadura de Dios. Tomar significa apoderarse de alguien o de algo. El Espíritu Santo reitera Su orden y manda a que nos apoderemos de TODA Su Armadura.
Nuevamente viene la pregunta: ¿Por qué el Espíritu Santo manda a que nos apoderemos de Algo de Él?
Estas preguntas traen la misma respuesta. Para que el discípulo sea revestido y se apodere de TODA la Armadura Divina tiene que manifestar su fe. Fe acompañada de sacrificio. Sacrificio que comprueba 100% su disposición de querer y tomar posesión de Esa promesa.
El sacrificio de la fe muestra el querer.
¡Dudo que la armadura de Dios descenderá del cielo como lluvia!
¡Dudo que Dios cubrirá a la persona con TODA Su Armadura solo porque ella se diga cristiana, que es fiel en la iglesia o cosa parecida!
¡No! ¡Mil veces no!
Todas las Promesas de Dios están sujetas a condiciones.
Lea el capítulo 28 de Deuteronomio, en el que Dios condiciona Sus bendiciones al sacrificio de la obediencia.
Medite en este texto:
El Señor estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él: y si Le buscareis, será hallado de vosotros; mas si Le dejareis, Él también os dejará. 2 Crónicas 15:2
No hay manera, nadie puede imponer sus propias reglas a aquello que el Señor determinó.
Vea mañana la continuación de este mensaje.