Vivimos días difíciles en Argentina, sufrimos a causa de las consecuencias de lo que viene acumulándose desde hace años, y estamos en boca de todos alrededor del mundo. Es normal que seamos bombardeados por las informaciones negativas, por la situación difícil y por la murmuración de muchos, pero no debemos dejarnos influenciar por eso.
No podemos cometer el error de abatirnos, porque, si somos abatidos, nuestro ánimo estará abatido. Si nosotros, que decimos ser de Dios, que Lo servimos y Lo buscamos, tenemos nuestro ánimo abatido, ¿qué será de los que dependen de nosotros?
- Muchas personas literalmente dependen de nosotros.
- Tenemos una gran responsabilidad, primero personal, después familiar y social.
- Nos guste o no, estamos interrelacionados con nuestros vecinos, con los miembros de la Iglesia, con los clientes, con la empresa en la que trabajamos, con los empleados, porque somos un pueblo, una nación.
¿Qué haremos ante las situaciones difíciles?
- Estamos en un barco en altamar, el barco es la nación, y viene la tempestad.
- Estamos todos juntos en el mismo barco, y este no puede hundirse, porque, si se hunde, todos nos iremos al fondo del mar. ¿Qué tenemos que hacer? ¿Cruzarnos de brazos y criticar a los marineros, al capitán del barco o a los demás? No, es momento de ver cómo saldremos de esta tempestad con vida.
En la Palabra de Dios, está escrito que hubo una tempestad y que, entre las personas de una barca, se encontraban personas incrédulas y personas que creían. Uno de los que creían era Pablo, que dijo así:
“Por tanto, tened buen ánimo amigos…”. Hechos 27:25
Surgió una tempestad, estamos en altamar y somos seres humanos, es difícil remar, porque la tempestad es agresiva y violenta, pone en riesgo nuestra vida y la carga que tenemos, pero debemos enfocarnos en lo más importante.
Lo más importante somos cada uno de nosotros, más importante que el barco, que la tempestad, que las cosas de valor de la carga.
“… tened buen ánimo…”. Hechos 27:25
No basta solo con tener ánimo. ¿Qué significa buen ánimo? Es ánimo constante.
- El ánimo viene y va, pero el buen ánimo se mantiene independientemente de lo que se escucha, se ve y se siente. Es algo interno, mental, espiritual.
- El que se deja abatir fracasa, aunque no enfrente una tempestad, porque se acomoda y no hace lo que tiene que hacer, entonces, viene otro y lo hace por él. De esta manera, termina perdiendo oportunidades de mejorar, madurar y desarrollar sus talentos.
“… tened buen ánimo amigos…”. Hechos 27:25
Somos amigos, no debemos ver a los demás como enemigos. Si alguien nos ve como enemigos, el problema es de él, y, si alguien quiere aprovecharse de nosotros, no debemos preocuparnos, porque Dios nos defenderá. Así como les sucedió a muchos que quisieron hacernos daño y hoy dependen de nosotros.
- Siempre van a existir los malintencionados, los que piensan que los demás son tontos y que ellos son los únicos inteligentes y listos, por eso, no se preocupe, porque recibirán su paga, no de usted, sino del propio Dios, que no permitirá que se burlen de Él, porque lo que se siembra se cosecha.
- Esta es la verdad, nos guste o no.
- Veamos a los demás como amigos, aunque nos vean como enemigos, por decirles la verdad, por ser sinceros, responsables y cumplidores de nuestros deberes, no los consideremos como enemigos, sino como amigos.
“… porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo”. Hechos 27:25
Dios habla conmigo, por eso tengo fe y esperanza para trabajar, para ser honesto, para devolver mi diezmo, para invertir, para innovar. Dios habla conmigo por medio de Su Palabra, por lo tanto, haré lo que los demás no tienen el valor de hacer, y Él hará lo que yo no puedo.
- Si alguien no quiere hacerlo, no es mi responsabilidad. Mi responsabilidad es no desanimarme, no murmurar, no lamentarme, tener buen ánimo, incluso en medio de las tormentas, y confiar en que lo que Dios me dijo, lo hará.
- El que es grato a Dios por la salud, la sabiduría, la fuerza y la vida siempre Lo honra con su buen ánimo, tanto en los buenos como en los malos momentos.
- Dios quiere hacer que muchas cosas buenas pasen en nuestra vida profesional y económica este año, pero depende de nuestras actitudes. Por este motivo, durante todo el mes de agosto, seguiremos trabajando, devolviendo nuestros diezmos, esforzándonos, mejorando, innovando y ofrendando con fe, amor y alegría.
- Nosotros, de la Universal, no nos dejamos abatir por las malas noticias, por los informes ni por las circunstancias, porque, si no, ¿quien ayudará a quienes más lo necesitan en nuestra sociedad?
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- Esta es la actitud de alguien que pertenece a Dios: quiere que otros también Lo conozcan.
- Fue exactamente lo que sucedió, la tempestad pasó y tuvieron que agradecerle a Pablo por la Palabra que les había dado.
Los que hoy te critican, te juzgan y quieren hacerte daño, te agradecerán por haber creído cuando ellos eligieron dudar.
Tendrán que reconocer que realmente tomaste la mejor decisión, al no confiar en la palabra de especialistas, economistas, políticos, religiosos, chismosos o incrédulos, sino en la Palabra que no falla y que es Soberana, la Palabra del Dios Vivo, el Creador.
- Yo creo en esta Palabra, que nunca me decepcionó ni me decepcionará, y dudo que haya alguien que diga que lo ha decepcionado, porque todos los que la obedecen con sinceridad, integridad y fidelidad ven el beneficio de esta obediencia.
Obispo Julio Freitas