“Te pondrá SEÑOR por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos del SEÑOR,tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.” (Deuteronomio 28:13)
El SEÑOR Dios prometió hacer de Su pueblo cabeza y no cola. No significa decir que todos serían cabeza. Cabeza serían los que creyeran. Creerían los revelados.
Los revelados serían los pequeñitos. Los pequeñitos serían los obedientes a Su Palabra.
No es por la fuerza ni por la violencia que las Promesas son cumplidas. Sino por el Espíritu de Dios que sirve a los que Le sirven con la obediencia. Solamente los siervos obedientes son puestos sobre lo mucho.
“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:21)
La condición para ser cabeza es servir al SEÑOR y obedecer Su dirección de forma incondicional: “y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos del SEÑOR, tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.” (Deuteronomio 28:13)
¿Puede el siervo desobediente ser honrado? Si el desobediente es deshonrado, ¡imagínese el rebelde! La parábola de los talentos señala el destino del siervo malo (lea Mateo 25:14-30).
¿Es justo que el Señor le confíe Sus promesas al siervo infiel?
Por otro lado, ¿es posible que el siervo fiel y obediente sea deshonrado por el Señor de la Justicia?
Haga clic aquí y vea el mensaje anterior.
Si quiere ser cabeza y no cola, sirva al Señor y obedezca Su dirección de forma incondicional.
¿Este mensaje lo fortaleció espiritualmente? Compártalo en sus redes sociales.
(*) Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo
[related-content]