Debido la rutina diaria, muchas personas han dejado de practicar algo muy simple: el amor al prójimo. Desear un buen día, agradecer por algo y extender la mano a quien más lo necesita, en un acto solidario, son cosas que fueron prácticamente olvidadas.
La solidaridad con quien está pasando por una situación difícil es la expresión más pura de amor por nuestro igual.
Un video recientemente publicado en internet muestra a un grupo de personas formando una cadena humana para salvar a una mujer que estaba aislada en su vehículo durante una fuerte inundación que afectó a Ellicott City, ubicado a poco más de 24 kilómetros de Baltimore, la ciudad más poblada del estado norteamericano de Maryland.
Mire el video:
Y usted, ¿qué haría al ver a alguien que necesita ayuda?
La actitud de esas personas, además de noble, demuestra amor al prójimo.
La Biblia dice:
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.” (Marcos 12:30-31)
Trate de pensar en las innumerables personas que forman parte de su día y en las actitudes que usted puede tener para hacer su vida diaria más feliz. No importa si son sus familiares, amigos o incluso personas que aún son extrañas. Cuando usted hace el bien a alguien, rápidamente observa cuantas cosas se pueden hacer para que los demás sean más felices, además de sentir más amor por el prójimo y también la alegría por haber ayudado.
Usted también desea ayudar al prójimo, haga parte de uno de los grupos de la Universal. ¿No sabe cómo? Busque una Iglesia más cercana a su domicilio e infórmese con el pastor u obispo responsable.
Aproveche y haga ahora mismo una buena acción: comparta este artículo en las redes sociales.
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