Jonathan: «Mi vida era un desastre. Consumía marihuana, pastillas y alcohol, era mujeriego, jugaba con los sentimientos de las personas, salía a bailar de viernes a lunes y me endeudaba.
Por vivir de esa manera, perdí mi empleo. Entonces, caí en depresión, porque quería seguir consumiendo y no tenía dinero.
Llegó un momento en el que quise acabar con mi vida, porque constantemente recibía llamados de personas que me buscaban para cobrarme. Eso generaba conflictos con mis familiares, debido a que a ellos también los llamaban. Quería terminar con ese sufrimiento.
En ese estado llegué al tratamiento Los Vicios tienen Cura. Era la última puerta que iba a tocar. Me invitaron y dije: “Voy a probar”. Ya conocía la Iglesia, pero siempre me burlaba de mi hermano que ya concurría.
La primera vez que participé de una de las reuniones, sentí paz y tranquilidad. Me encontré con personas que querían ayudarme, que habían pasado por una situación similar o peor que la mía.
Me propuse conocer más a Dios, recibí al Espíritu Santo y fui libre de los vicios.
También mi economía comenzó a cambiar, conseguí un trabajo y saldé todas las deudas.
Luego, conocí a mi esposa, formamos una familia, tenemos un hijo y somos felices. Además, logramos conquistar una casa, camionetas, motos, y contamos con la posibilidad de irnos de vacaciones.
La Iglesia Universal era la última puerta que iba a golpear. Si no funcionaba, planeaba matarme, pero, gracias a Dios, mi vida cambió y hoy todo es diferente».
El asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. San Martín 2582, Caseros.
Para ponerles fin a los vicios, iniciá el tratamiento gratuito, el domingo a las 15 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro.
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