Cuando se trata de ayudar al prójimo, la Universal es una de las instituciones que más se destacan en todo el mundo. El intenso trabajo para llevar amor, fe, esperanza, así como alimentos, ropa y varios tipos de donaciones, no se detiene.
Los voluntarios salen de sus casas y caminan hacia los más necesitados. No miden distancia ni esfuerzos, porque saben que, cuando extienden sus manos a los sufridos, muchos tienen la oportunidad de levantarse y seguir una nueva vida.
Y fue lo que aproximadamente 2 mil personas de la ciudad de Oaxaca recibieron en una reciente acción realizada por la Universal de México.
Más de 12 toneladas de alimentos, ejemplares de la Sagrada Biblia y más de mil juguetes fueron distribuidos a los zapotecas, pueblo nativo del sur de México, que, a partir del siglo 4, ocupó la región ubicada entre el istmo de Tehuantepec y Acapulco, fijándose después en Oaxaca.
El encuentro fue encabezado por el obispo Paulo Roberto Guimarães, que es el responsable por el trabajo de evangelización de la Universal en el país.
“Me sorprendí con la calidez con la que fuimos recibidos. Aproximadamente 2 mil personas ya estaban esperándonos para participar de la concentración de milagros. Que alegría es atender a los mexicanos que tienen fe en el Dios vivo”, dijo el obispo.
A pesar de la marginación y de la pobreza que afectan al lugar, la población zapoteca recibió a los voluntarios con una gran fiesta. Se ofrecieron comidas típicas y una presentación del baile del lugar, que refleja la identidad del pueblo que reside en la ciudad.
“La mayor bendición es compartir el poder de Jesús por medio de la fe”, afirmó el obispo.
[related-content]