La cardiología es una especialidad de la medicina que realiza el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades que afectan al corazón.
Si usted desea ver el Reino de Dios necesita pasar por una cirugía de trasplante de corazón.
El trasplante de corazón es un procedimiento quirúrgico realizado en pacientes en fase avanzada de enfermedad cardíaca. Es la modalidad médica más eficaz para prolongar la vida de personas con enfermedades cardíacas en fase terminal.
Jesús, nuestro Cardiólogo de la fe, dijo:
“De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” Juan 3:3
Nacer de nuevo es, nada más y nada menos, que el trasplante de corazón. El niño nace con el corazón saludable espiritualmente. Mientras está en la infancia, es puro, limpio, pero, al llegar a la edad de la razón, naturalmente comienza a enfermarse con el surgimiento de la malicia, de la mentira, del rencor, de la fornicación, en fin, de las contaminaciones de este mundo, por eso la necesidad de sustituirlo por un nuevo corazón dado por el Propio Dios.
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros…” Ezequiel 36:26
El Espíritu Santo es el Único Cirujano capaz de realizar este procedimiento con 0% de riesgo. Su cuerpo jamás sufrirá el rechazo del corazón trasplantado, al contrario, usted tendrá una nueva y eterna vida, y Dios Se mostrará fuerte en todas las adversidades que vengan en adelante.
“Porque los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar Su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él…” 2 Crónicas 16:9
Si usted se encuentra con el corazón enfermo, cansado y sobrecargado, el Señor Jesús, el Cardiólogo de la fe, puede realizar esa cirugía ahora, en este momento en el que usted lee este mensaje. Basta que haga una oración sincera, que se entregue 100% en Sus manos, y Le suplique por un nuevo corazón.
“Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar.” Mateo 11:28
Haga eso ahora, vaya, ¡Dios está con usted!
Que Él los bendiga.
Colaboró: Obispo Sergio Corrêa