¡Hola obispo Macedo!
Mi nombre es Sherhiy Subotnii. Claro que usted no me conoce, pero creo que, por la voluntad de Dios, llegó a mis manos el libro “En los pasos de Jesús”, escrito por usted.
Me gustaría dar testimonio de lo que me sucedió al recibir el libro.
Nací en una pequeña ciudad llamada Kertii, en Ucrania. Crecí en una familia normal y estructurada, pero, con el pasar del tiempo, me dejé envolver con las cosas malas de la vida.
Comencé a robar, a beber, a hacer cosas incorrectas, etc. Hasta entonces sabía que Dios existía, pero eso no era interesante en ese momento. Hoy, sin embargo, puedo afirmar que Él nunca Se olvidó de mí, pero yo era ciego y sordo con respecto a Él.
En 2003 fui detenido y condenado a prisión perpetua. En la celda, estábamos otro muchacho y yo. Fue entonces que en esa celda en la que me encontraba, el muchacho leía la Biblia diariamente. Entonces él comenzó a hablarme de Dios, y empecé a interesarme.
Al principio, leía la Biblia como un libro de historia cualquiera, pero, poco a poco, comencé a aceptar el verdadero significado del Evangelio, y allá “acepté a Jesús como mi Salvador”.
Pero, aun así, cargaba dentro de mí odio hacia una persona. Eso duró algún tiempo hasta que, en 2010, me diagnosticaron tuberculosis.
Estando yo en esa situación, Dios me mostró que tendría que sacar esa piedra de mi alma. Yo tenía la certeza de que era Jesús hablando conmigo, porque en el mismo momento perdoné a esa persona y un peso salió de encima de mí. ¡Sentí una paz inexplicable! Después de eso, comencé a pensar más respecto al bautismo en las aguas y a la importancia que tendría en mi vida, pues iba a ser una decisión seria. Pero algo siempre se interponía y no tomaba esa decisión.
Fue entonces que, hace unos días, los voluntarios del Centro de Ayuda (CdA) de Ucrania nos visitaron. Con autorización, logramos reunir a un grupo en el patio, dentro de una celda, algo que antes era muy difícil. Cuando el pastor estaba dándonos una Palabra, era notable cómo Dios hablaba a través de él.
Como ellos habían distribuido todos los libros en las celdas antes de reunirnos, había sobrado solo uno que, gracias a Dios, llegó a mis manos.
Nuestro encuentro fue maravilloso, pues solemos pasar 23 horas encerrados en una celda sin ver la luz del día. Al llegar a la celda esa misma noche, leí todo su libro “En los Pasos de Jesús”, y Dios habló muy fuerte conmigo. Aquella noche tomé la decisión de que en el siguiente encuentro me bautizaría en las aguas.
Llamé a mi esposa y ella se puso muy feliz. A pesar de estar aquí hace 13 años y condenado a prisión perpetua, dentro de mí hay una alegría inexplicable, pues estoy preparándome para ese bautismo.
Agradezco a Dios por haber enviado a los voluntarios del CdA que nos encontraron aquí y que no miden esfuerzos para ayudar al prójimo.
Ahora estamos esperando el lanzamiento de su libro “Nada que Perder 1”, que será realizado aquí el próximo 10 de mayo de 2016.
¡Muchas gracias obispo, por ese trabajo maravilloso que el CdA ha realizado!
Sherhiy Subotnii*, condenado a prisión perpetua.
Ciudad de Summa, Ucrania.
(*) En la foto él es el primero a la izquierda que está sosteniendo el diario.
Colaboró: Obispo Julio Freitas