Luis: “Tenía un conventillo en el barrio de la Boca, producto de una herencia, y estaba en venta desde el 2015, era un caso imposible porque estuvo usurpado y hubo un juicio de desalojo. Empecé a asistir los sábados a las reuniones de los Casos Imposibles y apareció un comprador que quiso poner un restaurante allí. Gracias a eso, pudimos reformar el departamento donde vivimos y ahora estamos buscando un lugar para comprar y tener otro ingreso”
Asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. 41 N.º 384, Santa Teresita.
Silvia: “Mi familia se había destruido a causa de las discusiones. Nos insultábamos, nos decíamos malas palabras y nos lastimábamos. Además, había perdido mi auto, mi camioneta, me robaron, me estafaron y mi esposo se había quedado sin trabajo. En ese estado conocí la reunión de los Casos Imposibles. Mi vida cambió, me casé, soy feliz y mi familia se restauró. Mi economía mejoró, logré emprender un negocio y tengo un trabajo seguro. Siento paz, gozo y ganas de vivir”
Asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. Jhon F. Kennedy 3069, Comodoro Rivadavia, Chubut.
Rubén: “Mi hija había tenido un golpe en la rodilla, la situación se complicó y le diagnosticaron cáncer en los huesos. Entonces, empecé a asistir a las reuniones de los Casos Imposibles y obtuve el milagro que esperaba. Me tocó ir a buscar el resultado del estudio en el Instituto Oncológico, cuando mi hija lo abrió, lo leyó y decía: ‘no se encuentran vestigios de células cancerígenas’. Dios me respondió y ella está sana”
Asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. Pedro Luro 4422, Mar del Plata.
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