Ser celíaco significa ser intolerante al gluten, una proteína presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC). Quien tiene celiaquía debe consumir, de por vida, productos libres de estos cereales y sus derivados, porque, según la ciencia, no tiene cura.
Los especialistas afirman que el solo hecho de excluir de la dieta al trigo, la avena, la cebada y el centeno, la persona puede tener una excelente calidad de vida. Si no es tratada, podría derivar en enfermedades graves, como cáncer de esófago, de faringe o linfomas.
Si bien la enfermedad celíaca puede tener una enorme variedad de manifestaciones, las más clásicas y conocidas son la desnutrición, el vientre hinchado y la anemia. Sin embargo, muchas veces esos síntomas no aparecen, pero sí surgen enfermedades asociadas como alteraciones del crecimiento en los chicos; raquitismo; esterilidad; osteoporosis; abortos a repetición; depresión; anorexia intensa y tumores.
En Argentina, uno de cada 80 niños es celíaco, según un informe realizado por la Asociación Celíaca Argentina. Entre los adultos, la cifra sube a uno de cada 100. Pero el dato que más sorprende es que por cada celíaco diagnosticado, hay 8 más que no saben de su condición.
El trigo, avena, cebada y centeno no solo están presentes en los alimentos, también los contienen ciertos productos de belleza, lo que puede causar dermatitis en la piel del celíaco. Por eso, es necesario buscar alimentos y cosméticos que tengan la sigla “Sin TACC” para evitar complicaciones en la salud de los celíacos.
“Era celíaca, ahora estoy sana”
Lucía Andala comenzó a sentirse mal y al asistir al médico, mediante los estudios correspondientes, descubrieron que tenía celiaquía. Comenzó a perder mucho peso, adelgazaba cada vez más rápido, y también sentía fuertes dolores en el estómago.
“Los dolores eran muy fuertes y dependía de los remedios. También se me caía el pelo y estaba muy débil físicamente, pasaba semanas en cama”, cuenta. Todo lo que comía le caía mal y ni agua podía tomar. Los médicos le anunciaron los riesgos de muerte ante su grave cuadro.
“Me acerqué a la Universal a buscar un milagro. Hice las cadenas y puse mi fe en Dios, así vencí la intolerancia al gluten. Los dolores desaparecieron y dejé de tomar medicamentos”, afirma. Ahora Lucía puede comer cualquier alimento, su pelo volvió a crecerle y está saludable.
Martes de sanidad a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro y en la Universal más próxima a su hogar (Direcciones de la Universal AQUÍ)
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