¿Por qué en el mundo predomina el odio, la violencia, las injusticias y otros tipos de maldades? La respuesta está en el siguiente versículo:
“… el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19).
La humanidad está como está porque las personas, en su gran mayoría, aman más el pecado que la justicia de Dios. Sin embargo, por no arrepentirse, tendrán el mismo destino final que el diablo: el lago de fuego y azufre (Apocalipsis 20:10; 20:15).
A diferencia de lo que muchos creen, no habrá vuelta atrás cuando un alma sea arrojada en aquel lugar. Por lo tanto, la idea de que existe un purgatorio después de la muerte, para expiar el alma de los pecados, es completamente falsa.
Busque la Salvación de su alma
Mientras usted está vivo, tiene el poder de elegir dónde pasará el resto de la eternidad. Por esa razón, acepte al Señor Jesús como su Salvador y manténgase lejos del pecado hasta el final de su vida. Solo así, por su fe, alcanzará la Salvación de su alma.