La mujer moderna trabaja y también cuida de su casa y de su esposo. Con la llegada de los hijos, el tiempo para la hacer todo lo que tiene que hacer parece insuficiente. Así, la rutina familiar, de a poco, va transformándose con la presencia de los nuevos integrantes. Los pequeños necesitan cuidados especiales y exigen cambios en el hogar.
Pero, ¿qué se puede hacer para cuidar a los hijos de la mejor manera posible sin dejar de lado la dedicación al matrimonio? Para empezar, no permitas que tu relación se conduzca en “piloto automático”. Asume tu papel de esposa y decide en qué dirección quieres ir.
Para la columnista Andreia Petrucci, el orden de las prioridades debe respetarse. “Separa un tiempo para cuidar a los niños, enseñándoles, jugando y cuidándolos, pero jamás descuides el tiempo y la dedicación a tu matrimonio. Invierte en el diálogo, en paseos y sorprende a tu esposo como cuando estaban de novios”, explica.
Es importante estar atenta para no dedicarse exclusivamente a los hijos y olvidarse de que tu marido está allí, a tu lado, esperando un minuto de tu atención. “El equilibrio familiar es fundamental. Es la mujer, esposa y madre la responsable de esa tarea, como edificadora de su hogar”, dice Andreia.
Mantener una relación saludable mejora el autoestima y trae beneficios a todas las áreas de la vida. Cuidar del matrimonio no es una opción, sino una obligación. Además, la crianza no es responsabilidad exclusiva de la mujer. Al participar de las decisiones de la casa y de los hijos, el hombre estará feliz porque su opinión es importante. Aprende a escuchar la necesidad de tu compañero y dialoga.
Organízate con los quehaceres del hogar, así tendrás tiempo para hacer cosas que alegren a la pareja. Prepara su plato favorito o haz una sobremesa especial, él retribuirá tu cariño. “No caigas en la rutina, pues cuando tus hijos se vayan de casa se quedaran solos y no pueden ser dos extraños en la misma casa”, agrega.
Recuerda cuidar de ti, no dejes de arreglarte para verte y sentirte bella para ti y para tu esposo. No quites el foco de tu matrimonio para dedicarlo por completo a la maternidad.
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