¿Usted se imaginó qué bueno sería si el organismo tuviese un sistema inmunológico emocional? Así como la reacción de combate a los agentes infecciosos, tendríamos una barrera que nos haría inmunes a todo lo que intentase invadir nuestras mentes, con el objetivo de desanimarnos.
La buena noticia es que todas nosotras fuimos creadas con esa capacidad de defensa. No es un sistema inmunológico compuesto por una red de células, tejidos y órganos, pero responde al nombre de autoestima.
La capacidad de sentirse segura, con pensamientos que la hacen reconocer sus propios valores, son características de esa función nata en nuestra personalidad. Sin embargo, como varias otras habilidades del ser humano, la autoestima necesita ser estimulada para estar bien, como explica Marcia Paulo en un post en el blog de Cristiane Cardoso: “Si usted cree que no es inteligente, competente o atractiva, eso puede cambiar. Usted puede volverse digna de respeto, y hacer lo que quiera, independientemente de lo que los otros piensan. Puede hacer eso tomando el control de su vida, de su autoconfianza. Al tomar actitudes correctas que mejoren sus capacidades y su imagen, usted aumenta su autoconfianza, sin ayuda de nadie más.”
El comportamiento y reacciones de una persona dependen directamente de cómo se siente consigo misma. Pues, cuando nuestra autoestima está bien, existe una paz en la conciencia que permite el equilibrio emocional anhelado por tantas mujeres.
Proceso de cambio de pensamiento
Según Marcia Paulo, el primer paso para mejorar la autoestima es cambiar la visión distorsionada que tenemos de nosotras mismas. “Tenemos una imagen mental de nosotras mismas que determina cómo nos sentimos”, asegura. Es necesario identificar los comportamientos y pensamientos negativos que fueron agregados durante su vida para poder combatirlos. “Cuando usted intenta superar una imagen negativa y sustituirla por confianza, el enemigo se vuelve usted misma. Conózcase bien. Comience a oír sus pensamientos, comience a analizar los pensamientos que tiene sobre sí, y perciba de donde vienen. Después comience a pensar sobre las cosas que le gustan de usted misma, sus cualidades, sus talentos, todo lo que es bueno en usted, por menor que sea”, orienta, al explicar que ese proceso puede comparase a una guerra, en la cual es necesario conocer al adversario para vencerlo.
Lo más importante es saber que para elevar la confianza en sí misma, el proceso depende exclusivamente de usted. La familia y amigos pueden ayudarla, pero no podrán cambiar su interior. Es importante conocerse a uno mismo y tener conciencia de quién es realmente usted.
A seguir, el foco debe ser colocado en cambiar los puntos débiles, por medio de cualidades que usted ya tiene.
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