“Nunca nos vamos a dormir sin besarnos”. Es la frase que suena más como una declaración de amor e incluso parece que fue dicha por un joven recién llegado de la luna de miel, ¿no es así? Pero, para la sorpresa de muchos, el autor de esta frase es el norteamericano Ed Shevick, de 93 años, que está casado hace 70 años con Florence, de 91. “A esta altura de mi vida, lo más importante que puedo hacer es hacerla feliz y saludable”, afirma Ed.
Ellos le contaron al canal de televisión ABC que, además de besarse todas las noches, se ríen mucho uno con el otro y solo salen a la calle de manos tomadas. “Él es lo más importante en mi vida, y yo soy lo más importante en su vida”, comenta Florence.
¿El amor resiste incluso al tiempo?
El ejemplo de este matrimonio, de amor y de complicidad que resistieron al tiempo, es raro hoy en día. Tanto es así que, hay personas que no creyeron que esta historia fuera verdad. Esto sucede porque las desilusiones sentimentales dejan tantas heridas abiertas que muchos han renunciado a buscar la felicidad sentimental.
Para los autores del libro “Matrimonio Blindado – Su matrimonio a prueba de divorcio”, Renato y Cristiane Cardoso, uno de los secretos para llegar al fin de la vida con la misma persona, y al mismo tiempo, siendo feliz, es preservar la relación con algunas reglitas básicas. “No se vaya a dormir con un problema no resuelto entre ustedes. Pensar que se resolverá más tarde solo hará que los problemas se agraven. La Biblia aconseja: ‘Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo…’ (Efesios 4:26). Es decir, no está mal enojarse, pero lo que sí está mal es dejar que ese enojo dure hasta el día siguiente, al punto de cometer una tontería debido a él”, explica el matrimonio, en un fragmento del libro.
Renato Cardoso también menciona en su blog, que uno de los principales villanos de la unión surge cuando la relación cae en la rutina. Sin embargo, él destaca que es importante que la pareja tenga bien definido el significado de la situación para cada uno, porque, a veces, a uno le gusta la rutina, mientras que el otro, la odia. “Primero, los dos tienen que saber qué es lo que el cónyuge ve como rutina. Luego se deben expresar las expectativas, y, por último, equilibrar las necesidades. Obviamente, lo que tiene mayor facilidad de volverse tediosamente una rutina necesitará que el cónyuge sea más activo en hacer cosas que quiebren el automatismo en la relación. Por otro lado, si usted está casado con alguien que ama la rutina, tendrá que aprender a disminuir un poco sus expectativas, para que la otra persona no se sienta incómoda por el hecho de siempre estar haciendo su voluntad”, advierte.
Renato también afirma que si el matrimonio sabe “condimentar” los puntos anteriores, seguramente encontrará el “sabor”para que la unión sea duradera. “No importa hace cuánto tiempo están juntos, tienen que verse como novios. De esta manera, ustedes nunca consideraran conquistada a la otra persona, sino que por el contrario, seguirán siempre ese agradable juego de la conquista, en el que todos los días pensarán formas de expresar su amor y tocar el corazón de su compañera/a. Con un poquito de esfuerzo, su relación puede ser vibrante, sin importar cuántos años hace que están juntos”, concluye.
Si quiere más consejos sobre la vida sentimental, participe de la Terapia del Amor, una reunión que se realiza todos los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o ingrese aquí para ver la dirección de las iglesias donde se lleva a cabo la terapia.
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