El sueño de tener una familia se volvió una utopía, algo prácticamente imposible de realizar para personas que:
• Pasaron por traumas.
• Se decepcionaron de sus padres.
• No tienen buenos ejemplos a su alrededor.
• Fueron traicionadas por la persona que amaban.
• Se frustraron por haber fracasado varias veces en el amor.
Las personas que pasaron por este tipo de situaciones, no cree en el amor verdadero. A los que se decepcionaron, se les hace muy difícil creer en el matrimonio. Es por eso que se vuelven personas solitarias, desconfiadas y guardan amargura dentro de sí.
Pero sepa que es posible romper con ese ciclo de infelicidad para recomenzar. El casamiento sigue siendo una decisión inteligente para las parejas que quieren formar una familia y construir un futuro juntos. Para quien quiere realizar ese sueño es necesario tomar algunas actitudes.
Participe del próximo encuentro de la Terapia del Amor en Av. Corrientes 4070, Almagro. Así podrá dejar atrás el pasado para lograr tener la familia que siempre soñó.
“Fui abusada sexualmente por mi padre durante muchos años”
Carmen y Leonel lograron reconstruir sus vidas juntos, pero antes pasaron por duros momentos:
Leonel: “Antes de participar de la Terapia estaba desanimado, sufrí desamor, no tenía trabajo, estaba totalmente destruido. Sufrí un fracaso sentimental que me perjudicó mucho y me deprimí. Busqué ayuda para salir de esa situación, pero en vez de salir adelante me hundía más. Hoy nos encontramos y estamos muy bien gracias a Dios.”
Carmen: “Desde pequeña fui abandonada por mi mamá, me dejó al cuidado de mi abuela y de mis tías. A los 10 años un primo y después un tío intentaron abusar de mí. Mi papá abusó de mi durante mucho tiempo, eso me causó un trauma. Empecé a desconfiar de los hombres. Mi papá no me dejaba salir si no era con él, me tenía como una prisionera, no podía estar en ningún lado sin él.
Lloraba mucho por las noches, pensaba en escaparme, pero no sabía dónde ir. Fingía estar feliz porque no sabía si alguien iba a creerme, pero mi alma estaba destrozada. Todo eso me causó complejos, miedo y comencé a sufrir nerviosismo. Después logré escaparme y conocí una persona que pensé que sería el amor de mi vida, pero no fue así, nos peleábamos mucho. Comencé a luchar en la Terapia del Amor y entendí que la felicidad existe. Hoy encontré al amor de vida, a mi compañero. Todos los traumas y temores que tenía desaparecieron. Hoy puedo afirmar que la felicidad existe.”
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