Muchos viven presos a pensamientos y recuerdos de hechos que ya sucedieron y, por eso, no logran encontrar la felicidad. Viven físicamente en el presente, pero sus pensamientos y su corazón están en lo que ya pasó.
Por eso, es bueno estar atento. Existen algunas señales que revelan que usted puede estar viviendo anclado en el pasado:
– Los malos recuerdos le hacen sentir rabia, tristeza y soledad;
– No logra confiar en nadie más porque ya lo han traicionado;
– Lo que le dañó sucedió hace mucho tiempo pero todavía no lo superó;
– Se siente apegado a una persona que ya no forma parte de su vida;
– Tiene miedo de sufrir en el amor nuevamente;
– Se siente preso del sufrimiento que le trajo esta situación.
Los malos recuerdos normalmente atormentan y hacen que la persona se sienta sofocada. El deseo es volver a ser feliz, pero ¿cómo vencer si se encuentra preso del pasado?
En la próxima Terapia del Amor usted aprenderá a enfrentar lo que le hace mal y a librarse de la “celda” que lo apresa al sufrimiento. Será su oportunidad para construir un presente diferente, repleto de alegrías y superación.
Lo esperamos este jueves a las 10, 16 o 20 h en Av. Corrientes 4070.
Sanaron sus heridas y aprendieron a amar
Jesús y Camila conocieron la Terapia del Amor luego de sufrir las consecuencias de no vivir el amor inteligente.
“Mis hermanas sufrían violencia y separaciones en sus relaciones, y yo veía todo eso reflejado en los noviazgos que tuve. En mi última relación, mi pareja era tan obsesiva que llegó a amenazarme porque pensaba que estaba con otra mujer si me atrasaba 10 minutos en llegar a casa. Ella terminó dejándome y después de eso estuve muy mal, no quería salir a la calle, hice denuncias policiales, tuve que esconder el auto, estaba muy complicado”, cuenta Jesús.
Camila sufría en su interior: “En mi casa nunca hubo peleas, mis padres se llevaban muy bien, pero el problema estaba en mi autoestima, creía que nunca iba a ser feliz, que era inferior a los demás. Tuve una mala experiencia en el amor y eso me dejó muy mal, muy lastimada. Por eso dejé de creer en la felicidad sentimental”, reconoce.
Pero participar de las charlas de la Terapia del Amor hizo toda la diferencia en ambos. Jesús aprendió a valorar a las mujeres, “antes tenía novia por el simple hecho de decir que estaba con alguien, pero hoy aprendí a darle a una mujer lo que verdaderamente necesita”, cuenta él, y Camila añade: “las charlas de la Terapia del Amor me permitieron valorarme, ser más segura de mí misma, y entender cuál es el lugar de la mujer en la relación. Aprendí primero a ser feliz sola para después compartir mi felicidad con él”.
Ellos están de novios hace un año, “nos vamos a comprometer pronto y nos casaremos a fin de año”, afirman.
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