Las Sagradas Escrituras, e incluso la ciencia comprueban que la fe tiene el poder de curar y de transformar vidas. Por eso, es natural que, cuando una persona desarrolla una relación con Dios, su primer deseo sea llevar la fe y la Salvación a los que están a su alrededor. Pero, en ese trayecto, hay muchas personas que no quieren recibir ningún apoyo o ayuda. ¿Qué hacer cuando eso sucede?
Con el pasar del tiempo, muchos desisten de luchar por las personas que aman. Están los que dicen que “el futuro de esas personas está en las manos de Dios”, o que una determinada situación es irremediable y no tiene más solución. Sin embargo, es importante recordar que desistir jamás debe ser una opción. Es necesario tomar actitudes sabias, para que el familiar elija seguir los caminos de Dios.
El poder de la fe
Los resultados de la oración son grandiosos, como está escrito en el libro de Jeremías: “Clama a mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.” (Jeremías 33:3). Por eso, es importante recordar que la oración es un arma poderosa, que elimina obstáculos y lo acerca a Dios, como dice el obispo Edir Macedo: “La oración nos mantiene unidos a Dios y, según la Biblia, cuando es sincera, se vuelve eficaz. Además, a través de ella, demostramos nuestra dependencia hacia Él”.
La fe es el mejor camino para que usted ayude a quien lo necesita. Nunca deje de cuidar su vida espiritual y actuar con sabiduría, porque es a través de sus actitudes que usted revela el poder de Dios. Y de esta manera, esa persona que usted tanto ama no tardará en seguir la misma dirección.
Todos los domingos a las 7 y 9:30h, en todas las Universal, obispos, pastores y obreros claman para que todos los presentes tengan un encuentro con Dios. Si usted ha llorado, incluso en voz baja y sin que las personas lo sepan, si se encuentra cautivo debido a un problema, no deje de participar en este día especial. Vea la dirección de la Universal más cercana a su domicilio.
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