¿Usted se siente despreciado, víctima de injusticia e incomprendido? Si usted ha hecho lo que es correcto, ¡ALÉGRESE!
No se preocupe por ser defendido o comprendido, el propio Espíritu de Dios defiende a los que son Suyos. Por eso, enfóquese en agradar a Dios y confíe en Él (más que en cualquier persona). Él lo aprecia y se encarga de todo.
Aprenda cómo hacer esto en la práctica. Vea este video de 7 minutos.