“Necesitas olvidarlo”, aconseja una amiga. “Quítala de tu cabeza y sigue con tu vida” es el consejo de un amigo. Cuando una relación se termina, a nadie le gusta ver una de las partes removiendo lo que pasó, entonces se dan todas las posibles palabras de aliento para animarla. “Sal con amigos, distráete, ve a bailes y conoce a otras personas.” Ese es un consejo muy común. Pero, ¡preste atención!
En una entrevista al programa “The Love School”, la psicóloga Vera Cuña dice que eso solo disimula la situación. “Las personas comienzan una etapa de euforia, se involucran en varias relaciones pasajeras, fugaces, aventuras de una noche, y generalmente eso es para intentar anestesiar un poco el dolor que está evitando atravesar”, resalta la especialista.
El hecho es que hay que atravesar ese dolor, no se puede “disfrutar” la vida simplemente y hacer de cuenta que nada sucedió. Y la ciencia concuerda plenamente con eso.
En un estudio recientemente publicado por la revista Social Psychological and Personality, investigadores de dos universidades norteamericanas evaluaron a 210 jóvenes que habían pasado por una separación hacía poco tiempo. Los dividieron en dos grupos y fueron sometidos a experiencias diferentes. Un grupo llenaba el formulario básico sobre la relación, y el otro fue sometido a varias pruebas y los integrantes tenían que contar su historia de amor más de una vez, a lo largo de las 9 semanas. La intención era que reflexionaran en lo que habían fallado durante la relación. Y, se admiraron, de que el segundo grupo se recuperó mejor que el primero.
Pero, hay una gran diferencia entre reflexionar y volver a traer lo sucedido. Investigar sobre la vida del (la) ex en las redes sociales, oír canciones que le recuerden la antigua relación, mirar las fotos de la época de noviazgo, por ejemplo, es remover lo que sucedió, eso empeora la situación.
La lógica es la misma del tratamiento de una herida. Es necesario limpiarla, eso, al principio puede molestar, pero es esencial para el proceso de cicatrización. Y para el éxito de este proceso, no hay que estar tocando la herida, porque así no sanará.
Reflexionar sobre el motivo del fin de la relación, lo que no se hizo y hacer un auto análisis, ayuda en la toma de decisiones sobre qué hacer diferente para que, incluso, no se repita en la próxima relación.
“Conocerse y entenderse es también esencial, pues eso lo ayudará a desarrollar maneras de lidiar con sus propias raíces y así solucionar las diferencias y conflictos”, explica el conferencista Renato Cardoso.
Una manera eficaz de lidiar con las propias raíces es participando de la Terapia del Amor. En cada conferencia, se da una enseñanza, con el fin de orientar sobre cómo superar sus propias debilidades y fortalecer los puntos vulnerables, y con eso conquistar una relación feliz.
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