Pedido de ayuda y orientación del amigo Caio que nos escribe:
Fui de la Universal, me casé en la Iglesia, pero me fui porque me decepcioné. ¿Por el robo que cometió un pastor? ¿Por el mal testimonio de un obrero? ¿Por escandalizarme con alguna doctrina predicada o una campaña? ¿A causa de las denuncias de los medios? Nada de eso. Salí por el mismo motivo que los obispos, pastores, obreros y miembros como yo salen… se decepcionaron consigo mismos, se entregaron a algún sentimiento que tomó el lugar de la fe.
Intenté regresar varias veces, intenté cambiar, ¡pero hasta ahora fue en vano! Soy el tipo de persona que usted describió en este video… y agrego algunos agravantes: Hoy tengo fobia de la vida, tengo un enorme deseo de no existir más (solo me falta el valor para hacerlo), he tenido ganas de desaparecer, de convertirme en un mendigo en cualquier ciudad de Brasil… Y más, digo esto en una situación hasta cierto punto confortable – tengo casa, auto, estoy casado, tengo una empresa, salud, inteligencia; no tengo vicios ni estoy pasando por graves problemas, simplemente no tengo motivación o nada que me haga encontrarle una mínima motivación a esta vida. Para serle sincero, he perdido la fe. ¡Ore por mi y que Dios esté con usted!
Le respondí a Caio, y le pedí permiso para publicar su e-mail y mi respuesta, pues creo que será útil para muchos:
Caio, no creo que usted haya “perdido” su fe. La fe está relacionada a la vida, por lo tanto si usted está leyendo esto, es porque está vivo y aún hay fe adentro suyo. Lo que sucede es que esta fe está siendo ahogada por algo, y ella necesita “respirar”. El oxígeno de la fe es oír la Palabra de Dios como un niño.
Además de eso, la hipersensibilidad es, en esencia, un cáncer emocional. Cuando perdemos el control de nuestras emociones, especialmente las malas, estas van tomando cuenta de nuestra salud espiritual. La medicina enseña que no hay cura para el cáncer. Por eso, la única solución es arrancar todas las células cancerígenas. Lo mismo se aplica al cáncer de la emoción. Tenemos que arrancarla de adentro nuestro, dejar de alimentarla, ignorarla, despreciarla – hasta que pierda todas sus fuerzas en nosotros.
Eso es hecho a través de la inteligencia, del razonamiento. Tenemos que aprender a cuestionar nuestras emociones y colocarnos por encima de ellas.
Las emociones no son cosas reales. Son solamente sentimientos temporarios. ¿Cuántas emociones usted ya tuvo en el pasado, y dónde están hoy? Ellas pasan muy rápido – pero las decisiones que tomamos son para siempre.
Entonces Caio, use su mente para lo espiritual, así como la ha usado en su empresa y en otras áreas. Usted va a vencer.
Estoy orando por usted.
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