La divulgación de una empresa o negocio es crucial para su supervivencia en el mercado. ¿Cómo conseguir clientes si ellos no saben que la empresa existe? Por otro lado, un líder que no logra comunicarse con claridad, fuerza y de forma concisa no califica como tal. Las mejores ideas son inútiles si no se las comunica de forma contundente.
Los líderes de la Biblia no tenían correo electrónico, teléfonos celulares o incluso micrófonos. La prensa escrita no existía en los tiempos bíblicos. Quizás, debido a esa falta de tecnología compleja, ellos se convirtieron en maestros de la palabra hablada.
Los líderes estaban muy atentos para asegurarse de que sus mensajes fueran comunicados con exactitud. Moisés y David fueron especialistas en manejar reuniones y tareas grupales.
Existe una gran cantidad de ejemplos, en la Biblia, de buenos líderes y comunicadores, pero, el mayor de todos, sin dudas, es Jesús. Él hacía pequeñas reuniones organizativas con sus discípulos, hablaba al público en general y enfrentaba a los religiosos gobernantes y a las autoridades seculares con la misma competencia.
Incluso usando un lenguaje diferente para cada uno de sus interlocutores, Jesús se expresaba de forma que pudiera ser entendido por todos. A veces usaba parábolas para facilitar la comprensión del mensaje que quería transmitir.
Los mejores líderes de hoy necesitan sentirse cómodos con grupos de todos los tamaños; usan imágenes y metáforas que cautivan al oyente; transmiten su mensaje a su entorno más cercano para que ayuden en su difusión y también comparta información, ya que, si las personas seguramente la recibirán de uno u otro modo, es mejor que se enteren directamente de la fuente, para establecer una relación de confianza mutua.
Usted no necesita ser un orador nato, recuerde que estas habilidades pueden ser aprendidas y ejercitadas, muchos de los apóstoles no tenían ese don, sin embargo, aprendieron practicando.
Conquistó la vida que siempre quiso tener
Mónica estaba viviendo una situación desesperante. Sus problemas eran de índole económica. A pesar de ser abogada y trabajar en un estudio jurídico importante, no lograba ver el fruto de su trabajo.
Quería independizarse y no podía. Para colmo, cuando había conseguido reunir el dinero para comprar su casa, se desató una crisis económica en el país que desembocó en el “corralito”, sus ahorros quedaron atrapados en el banco y no pudo escriturar su propiedad. “Mi sueño era ser mamá, pero no podía. Cuando quedaba embarazada, terminaba perdiendo el embarazo a las pocas semanas. Ningún médico me daba el motivo de mis problemas”, recuerda.
Esa situación cambió cuando Mónica creyó y confió en Dios: “Logré recuperar el 100% del dinero que había quedado atrapado en el ‘corralito’ y concreté la operación inmobiliaria. Además, me pude independizar y abrí mi estudio jurídico en casa. Con el paso del tiempo compré dos locales, una camioneta 0 km. y pude hacer realidad mis sueño de ser madre, hoy tengo tres hermosos hijos”.
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