Pero respondiendo el espíritu malo, dijo:
A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. Hechos 19:15-16
No basta solo con tener en los labios el Nombre de Jesús.
Es necesario tener la propia vida entregada en el Altar.