El pasado domingo 16, el obispo Djalma realizó la reunión de las 9.30 en Caracas, Venezuela, en la sede nacional de la Universal en ese país.
Una gran multitud se agolpó para escuchar el mensaje del obispo, que se refirió a la paz, un fruto de la fe. El obispo explicó: “Todo el mundo desea tener paz. Existen incluso aquellos que llegan a decir:
-¡Ah! Yo daría todo lo que tengo, solo por un poco de paz.
En realidad, Dios no quiere darnos un poco de paz, sino toda Su paz.
‘La paz os dejo, Mi paz os doy; Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo’., (Juan 14:27).
¿Cómo recibir algo de Dios, que no sea a través de la fe?
‘Porque decía: Si tocare tan solamente Su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en Sí mismo el poder que había salido de Él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado Mis vestidos? Sus discípulos Le dijeron: Ves que la multitud Te aprieta, y dices: ¿Quién Me ha tocado?
Pero Él miraba alrededor para ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de Él, y Le dijo toda la verdad. Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.’, (Marcos 5:28-31).
La certeza delante de todos los problemas hace que tengamos paz, aun delante de las guerras. O sea, si no hay paz, es porque no hay fe. Y el secreto de la fe es la obediencia. ‘Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo…’, (Romanos 5:1)”.
Después de este mensaje, los presentes se dispusieron a entregar sus vidas en el Altar, para poder obtener la paz a la que se refirió el obispo a través de la obediencia.
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