¿Cuántos acontecimientos han causado decepción y espanto y, a nuestros ojos, han sido inexplicables?
Enfermedades, accidentes, quiebras, destrucciones, balas perdidas, en fin…
-Se esperaba el bien y vino el mal.
-Se esperaba la paz y vino la guerra.
-Se esperaba la vida y vino la muerte.
En ese momento, ha sido normal atribuirle lo ocurrido, a muchas cosas y personas, y hay casos en los que incluso el Propio Dios es responsabilizado.
El Señor Jesús dijo:
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. Mateo 12:37
Muchos están siendo condenados a los infortunios de esta vida, simplemente por causa de sus propias palabras.
Palabras esas que, muchas veces, son contra alguien que está a favor de Dios. Así, realmente es imposible esperar el bien, la paz y la vida.
Dios le prometió a Abraham (Su amigo), que estaría a su favor:
Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré… Génesis 12:3
No sirve solo no hacer aquello que es contra Dios, es necesario no hablar contra aquellos que están a favor de Él y, por eso, son Sus amigos.
Amigos de Dios son todos aquellos que obedecen a Su Palabra.
Vosotros sois Mis amigos, si hacéis lo que Yo os mando.
Juan 15:14
Una cosa es tener al diablo como enemigo y adversario, otra cosa es tener, por causa de las palabras proferidas contra alguien que es amigo de Dios, al propio Señor como enemigo y adversario.
Pero si en verdad oyeres Su voz e hicieres todo lo que Yo te dijere, Seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Éxodo 23:22
Es mejor pensar, repensar y pensar una vez más antes de hablar contra alguien.
No vaya a ser que ese alguien sea un amigo de Dios…
Colaboró: Obispo Djalma Bezerra