La fe de una persona es conocida por las reacciones que ella tiene delante de las dificultades, delante de las tempestades. Por ejemplo, en el libro de Mateo, capítulo 24, la Biblia narra que una gran tormenta alcanzó al barco donde estaba el Señor Jesús con los discípulos, sin embargo, Él dormía mientras los discípulos tenían miedo. Aquellos hombres no sabían aún del poder de Jesucristo, por eso temían.
En el libro de Hechos, el apóstol Pablo cuenta una situación parecida que le sucedió. Lo interesante es que podemos extraer de esta historia una lección valiosa para nuestra vida. Vea abajo los 3 tipos de vientos que el cristiano puede enfrentar:
1) Viento contrario: “Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmón.” Hechos 27:7
Hay momentos en que los hechos están en nuestra contra. Ahí es donde entramos en conflicto con la fe, decimos que creemos en Dios y que depositamos en Él nuestra confianza, pero que todo parece estar sucediendo al contrario de lo que debería suceder. Sin embargo, es necesario mantenerse firmemente en la fe, porque todos los que desisten delante de los problemas son “arrastrados por el viento”.
2) Viento tranquilo: “Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta.” Hechos 27:13
El viento tranquilo es una falsa sensación de bienestar. La confianza de la persona permanece muy tranquila y en su vida todo está en calma. Ella ya no se esfuerza por estar en la presencia de Dios. Sin embargo, eso solo refleja un acomodo, porque si las olas fueran fuertes, obligatoriamente tendríamos que hacer algo para sobrevivir a esa situación. La persona que no se acomoda, desea de todas formas acercarse al Señor.
3) Huracán: “Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón. Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar.” Hechos 27:14,15
Cuando una persona enfrenta una gran dificultad y usa todos los medios para superarlos pero no tiene éxito, surge la conciencia de que tan solo el Señor Jesús puede darle la victoria. Cuando el huracán pasa en la vida de una persona, ella percibe la necesidad de la presencia de Dios. Las mayores experiencias espirituales suceden cuando la persona se rinde a Su voluntad. Y aunque el problema parece no tener solución, Dios interviene y trae la transformación de vida.
Por eso, no deje de participar de los encuentros en la Universal. Vea la dirección más cercana a su casa ingresando aquí. Mantenga su fe, para que Dios pueda darle Sus bendiciones.
[related_posts limit=”17″]