“Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.” Salmo 68:6
Dios bendice a los desamparados, prospera a los que están en la miseria, transforma a las familias, pero, para que esto ocurra, es necesario que la persona obedezca a Su palabra, como dice este Salmo: “los rebeldes habitan en tierra seca”, es decir, los rebeldes no dan frutos, no salen adelante, la vida no progresa en ningún aspecto, tienen la vida atada. La “tierra seca” es aquella en donde no nacen frutos, no brota nada. ¡Muchas personas, desafortunadamente, han vivido así! Porque conocen la verdad, saben lo que es correcto, saben lo que dice la Palabra de Dios, saben lo que deben hacer, sin embargo, no lo hacen, no lo practican, no ponen por obra la Palabra de Dios, son desobedientes, rebeldes. Quisiera recordar que las promesas de Dios son condicionales. Si Lo obedezco, Él me bendice, si no Lo obedezco, si soy rebelde, Él no me bendice.
¡Haga una reflexión sobre su vida! Es muy importante que observemos nuestras actitudes, conductas, palabras, pensamientos, y verifiquemos si, de hecho, hemos sido obedientes o rebeldes a la Palabra de Dios. Porque de la obediencia a Su palabra depende el éxito de la vida de cada uno.
Déjenos sus comentarios de lo que han comprendido.
Dios les bendiga.
Obispo Francisco Couto