El año pasado llegaron para estudiar un 26,4% más que en 2009. Hay 17.000 en carreras universitarias y 34.000 en cursos de español. Impulsan el alquiler de departamentos y residencias temporarias. Más extranjeros en la Ciudad.
El dato viene a confirmar la presunción de cualquier porteño que circule un sábado a la noche por la avenida Corrientes (o por los bares de Palermo, da lo mismo): hay mucho joven extranjero instalado en la Ciudad. Es que cada vez son más los que eligen Buenos Aires para cursar sus estudios de grado, posgrado y, también, estudiar español. Según las cifras del Ente Turístico de la Ciudad de Buenos Aires, hay más de 17.000 extranjeros cursando en 11 universidades porteñas. Y la Asociación de Docentes de Español contabiliza alrededor de 34.000 personas que están aquí para aprender el español del “che” y del yo (ok, del “sho”).
La dimensión del fenómeno aparece con la lectura de dos variables. En 2010, la cantidad de extranjeros que llegó a Buenos Aires “por motivo de estudio” creció un 26,4 % con respecto a 2009. Y se extendió la estadía promedio, que ya llega a 50,5 días. El gasto medio de los visitantes por estudio ronda los U$S 61,3 por día, es decir unos U$S 3.095 por cada estadía promedio de 50 días. Si se sigue con el cálculo imaginario, considerando a los 51.000 extranjeros que llenan universidades o cursos de español, de pronto la cifra llegaría hasta los U$S 160 millones.
Con un promedio de 7 mil extranjeros, la UBA encabeza el ranking . “Tiene un prestigio académico muy fuerte. Su historia, sus científicos, tuvo cinco premios Nobel”, analiza Marcelo Tobin, secretario de Relaciones Internacionales. Y apunta: “Diría que el 70% viene por un cuatrimestre, motivados por iniciativa de las universidades extranjeras que propician este tipo de experiencias. Buscan interactuar con otra sociedad”. En este grupo, la mayoría son colombianos . Mientras que entre los que cursan la carrera completa, predominan los peruanos . ¿Qué estudian? “Ciencias Económicas, Sociales y después, Medicina y Farmacia. Los que hacen materias sueltas muestran interés en la historia política, económica y social del país”, dice Tobin.
Entre las privadas, la UP es una de las que más extranjeros recibe. “Tenemos alumnos de 51 países , la mayoría latinoamericanos”, confirma Gabriel Foglia, decano de Ciencias Económicas. Y explica que el boom se potenció a partir de 2002/2003.
“La calidad de educación en la argentina es reconocida y la inversión que hay que hacer para estudiar es menor , lo que da una ecuación calidad/precio positiva. La salida laboral también es importante porque acá están radicadas muchas sedes regionales de empresas internacionales”, agrega Foglia. Esto, enmarcado por el gran factor de atracción que tiene la vida social en Buenos Aires: museos, teatros, actividades gratuitas y una movida nocturna con propuestas para todos los gustos.
Además de salir a buscarlos a través de ferias internacionales, desde las universidades trabajan para facilitar todo lo que tenga que ver con trámites administrativos, la gestión de seguros de salud, cuentas bancarias, líneas de teléfono y, claro, la logística para poder alquilar un departamento.
Justamente, el inmobiliario es uno de los rubros que más percibe este cambio en la Ciudad. “Nos dedicábamos a los alquileres temporarios para turismo tradicional y durante los últimos años empezaron a aparecer muchos pedidos de estudiantes en busca de alojamiento. El turismo académico es más estable porque, a diferencia del tradicional, no está afectado por la gripe porcina, la crisis financiera o la ceniza volcánica. Y a los propietarios les resulta redituable porque si bien tienen que ajustar un poco las tarifas, se aseguran períodos más largos de alquiler”, cuenta Patricia Hitzig, manager de Dorms BA.
¿Los barrios que eligen? “Las líneas B y D, del subte. Diría que entre las avenidas Santa Fe y Corrientes, desde Belgrano hasta el Centro”, resume Hitzig. Ellos manejan distintas opciones que incluyen departamentos, habitaciones en pisos compartidos y el desarrollo de un nuevo concepto que incluye edificios completos, algo que solicitan las universidades que mandan grupos grandes y así logran concentrarlos en un mismo lugar sin que pierdan su independencia y su intimidad.
Las residencias estudiantiles también se multiplican, por eso Ezequiel Fernández Langan, legislador del PRO, avanza con un proyecto para regular el registro de estos establecimiento. “La idea es incorporar al Código de Habilitaciones una nueva definición llamada Servicios de Residencia Universitaria”, explica.
Y se multiplican los servicios específicos como Bais Argentina, una organización de estudiantes internacionales en Buenos Aires que ofrece actividades, información y hasta una tarjeta con descuentos exclusivos en bares, gimnasios y otros comercios.