Vea lo que dice en el versículo 15 del capítulo 8 del Evangelio de Marcos:
“Y Él les encargaba diciendo: …” Marcos 8:15
- No fue una petición, sino una orden.
“¡Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Marcos 8:15
- El Señor Jesús nunca les mandó a Sus Discípulos que tuvieran cuidado de los demonios, de los pecadores o de los problemas, o de los incrédulos, pero sí de la levadura de los fariseos, que eran la hipocresía de los religiosos, y de la de levadura de Herodes, que era el vanidoso, que hacia lo que le daba la gana, se entregaba a los placeres, sin pensar en las consecuencias, como si nada pasaría.
- Herodes había entregado la cabeza de Juan en una bandeja debido a la atracción sexual que sentía por su sobrina. Era promiscuo, corrupto, vanidoso, soberbio, y se consideraba un “dios”, intocable. Su final fue ser comido vivo por los gusanos delante de una multitud aterrorizada que lo había aclamado como “dios”, mientras los demonios se reían. Hechos 12:21, 22
- Vea lo que hace la levadura de la autosuficiencia, de la vanidad, del orgullo, de la impunidad, de pensar que uno puede hacer lo que quiera con su vida sin sufrir las consecuencias. Es verdad que usted puede hacer lo que quiera con su vida, pero está Escrito que de Dios nadie se va a burlar, y cada uno, sea quien sea, desde el más rico al más pobre, desde el más anciano al más joven, desde el más religioso al más incrédulo, todos rendiremos cuentas y cosecharemos lo que hayamos sembrado.
Herodes tenía su levadura de la vanidad y también los religiosos de la hipocresía, Jesús alertó a Sus Discípulos sobre el peligro de estas 2 levaduras, y nosotros también nos encuadramos bajo esta orden de Jesús porque eso se aplica también en nuestros días.
- No podemos dejar que la levadura nos dé una falsa apariencia.
- Un mismo pan sin esa levadura no tiene una apariencia atrayente y apetitosa. Y así son muchas personas, preocupadas por lo que van a pensar o a decir de ellas, o por su posición en la Iglesia, o por cómo la gente las ve.
- Usted y yo no debemos preocuparnos por lo que los demás piensan, sino por lo que Dios piensa sobre nosotros. Esa es la fe inteligente. Que nos hace estar siempre nos avaliando para que la falsedad – hipocresía y la soberbia – la vanidad, no nos contamine.
La levadura es la mentira, la falsedad, la falsa apariencia. Y lo contrario de la levadura es la verdad, la sinceridad, la simplicidad que Jesús Dijo que debemos tener, como niños.
- Cuando Jesús estaba Bendiciendo a los niños y ellos se Le acercaban, los discípulos quisieron apartarlos y reprendieron a los padres, y Él reprendió a Sus discípulos y les dijo: “Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a Mí, porque de los que son como estos es el Reino de los Cielos”. Y después agarró a un niño, lo puso entre los adultos y dijo que para entrar en el Reino de los Cielos los adultos tenemos que ser como un niño. ¿Infantiles? No. Puros, sinceros, humildes, obedientes.
- La esencia del niño es la pureza, la transparencia, no tiene malicia ni maldad.
- Nosotros podemos llegar a los 70 o a los 100 años manteniendo un corazón puro, sin la levadura de los fariseos o la de Herodes. Vivimos en una sociedad en la que en los medios estalla la levadura de Herodes, la vanidad, queriendo corromper. Hay vanidad en todo para que usted se compare con los demás, para decirle cómo tiene que vivir y qué tiene que hacer, adónde tiene que ir y con quiénes debe relacionarse. Así es nuestra sociedad: levadura de Herodes – vanidades.
- Si permitimos que esta levadura entre ahí está nuestra caída, nuestra desgracia, porque vamos a demostrar estar bien y tener una fe conquistadora, pero va a ser de apariencia, mientras estamos apagados por dentro.
¿Cuáles son las cosas que combaten a la levadura de la religiosidad y a la de Herodes?
- VERDAD – La verdad es sinceridad, Dios busca a los sinceros, el sincero puede ser el peor pecador, pero lo asume.
- SACRIFICIO – El sacrificio diario de negarse a uno mismo. No es el sacrificio monetario o el de trabajar o estudiar todos los días y cuidar a la familia, que forman parte de nuestras responsabilidades, sino el que Jesús mencionó: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígaMe”.
- PERSEVERANCIA – Perseverar en lo correcto que somos y en lo que hacemos para Dios, meditando, buscando, ayunando, evangelizando, negándonos… Esto es tan importante que Jesús asoció la Vida Eterna con la perseverancia: “Pero el que persevere hasta el fin, ese será Salvo”. No basta con empezar, hay que completar.
- HUMILDAD – Para reconocer nuestras fallas, confesar, abandonar, pedir perdón. No es debilidad reconocer el error, al contrario, eso demuestra fuerza espiritual, mental. Pero cuando uno no reconoce se vuelve soberbio.
- CONFIANZA – En Dios que nos va a justificar en el momento adecuado. Cuando sufra injusticias soporte, porque Dios dejará en evidencia quién es injusto y quién es justo. El justo va a sufrir por un tiempo, pero, si permanece firme, Dios o va a justificar y va a quedar claro quién es quién. La injusticia forma parte de la vida, pero quien se mantiene firme y persevera sirviendo con alegría y confía en que Dios lo va a justificar, prevalecerá y glorificará a Dios con su testimonio. Cuanto más grande sea la humillación, más grade será la exaltación.
- OBEDIENCIA – La obediencia incondicional a Dios y a Sus Enseñanzas. Cuando obedecemos probamos que creemos en lo que está Escrito. Tenemos nuestra voluntad, nuestra humanidad, nuestras necesidades, pero cuando obedecemos incondicionalmente, aun sin voluntad, aun no entendiendo, Dios nos justifica como lo hizo con Abraham. Cuando obedecemos demostramos que creemos que la Voluntad de Dios es Buena, Agradable y Perfecta y que Él tiene la última palabra y va a hacer lo que el dinero, los especialistas, el conocimiento Bíblico, los diplomas, posición en la sociedad, los negocios y los bienes no pueden hacer.
- GRATITUD – Reconocer que Dios nos sacó de las tinieblas y nos libró de la muerte cuando aún estábamos perdidos en nuestros pecados y delitos, porque Él sabía que cuando conociéramos la Verdad la aceptaríamos y la practicaríamos. Dios demanda mucho la gratitud, que reconozcamos que Él nos perdonó, que nos ama a pesar de nuestras imperfecciones, que cree en nosotros, que quiere usarnos, que prometió darnos Su Espíritu.
- Si no hay gratitud la levadura entra. Si no hay obediencia incondicional, una pizca de levadura – hipocresía es suficiente para contaminar toda la masa – fe. Sin gratitud entra la desobediencia, la soberbia, la acomodación, las excusas, y somos reprobados. Esto es tan cierto que cuando Dios saco a Su pueblo de la esclavitud creó un Estatuto por el cual deberían recordar siempre de dónde los había sacado Dios, para que levadura espiritual nunca entrara:
“Guardaréis también la fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué Yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto; por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua”. Éxodo 12:17
En otras palabras: “guárdense de la levadura, su pan no va a tener belleza, apariencia apetitosa ni el sabor que les gustaría, porque así era vuestra vida en el pasado, pero fue así como Yo los amé y los liberé y entré en Alianza con vosotros, y los acepto como están. No acepto levadura en ustedes. Yo les Soy sincero, ¿cómo voy a aceptar que sean hipócritas Conmigo? Yo Soy el Creador y no dependo de nada ni de nadie y los bendigo en todo. Lo único que pido es que reconozcan que son las criaturas y Yo el Creador, que Yo no dependo de ustedes sino ustedes de Mí. No se vuelvan soberbios con la levadura de Herodes, no vayan por ese camino que va a alejarlos de Mí y a destruirlos por completo”.
- Este es el alerta de Jesús a quienes Él ama.
Y para concluir vea lo que está escrito en el versículo 7 del capítulo 5 de 1 Corintios:
“Limpiad la levadura vieja para que seáis masa nueva, así como lo sois, sin levadura. …” 1 Corintios 5:7
En otras palabras: Si entra una levadura no se vaya de la Iglesia ni niegue la fe ni vuelva al mundo. Si ha detectado levadura, religiosidad o hipocresía en su manera de hablar, de orar, de ofrendar, de evangelizar, ver los demás, venir a la Iglesia, no es para que se vuelva enemigo de Dios sino para que la quite.
- Cuando Dios revela la levadura no es para condenarlo, sino para la quite y de usted salga algo nuevo, un hombre o una mujer nuevos, un culto nuevo, una adoración nueva, un servicio nuevo, una evangelización nueva, una ofrenda nueva, una vida nueva, con alegría, con amor, con entrega.
“Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado”.1 Corintios 5:7
- En la noche en la que fue traicionado, Jesús tomó un pan sin levadura, puro, que no tenía belleza, agradeció, lo partió y se lo dio a Sus discípulos. Jesús siempre fue sincero, siempre desagradó a mucha gente, incluso a Sus propios hermanos nacidos de María y José, porque Él hablaba la verdad, que molesta pero libera.
“Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad”. 1 Corintios 5:7
Mientras Jesús estaba en la cruz ellos celebraban la Pascua y comían. Celebraban la liberación física pero no la espiritual, porque rechazaban al Mesías, al Hijo de Dios que había venido para dar Su vida al mundo. No Lo aceptaron, Su Palabra no entraba en ellos porque tenían levadura religiosa y algunos también la de Herodes. Ellos condenaron a Jesús.
- Cuidado con la levadura, porque así como ellos eran humanos e imperfectos, nosotros también lo somos, nos es fácil condenar y difícil reconocer y practicar.
¿Cómo combatir en la práctica la levadura?
MENTIRA VS. VERDAD
EGOÍSMO VS. SACRIFICIO
INCONSTANCIA VS. PERSEVERANCIA
ORGULLO VS. HUMILDAD
MALICIA VS. CONFIANZA
DESOBEDIENCIA VS. OBEDIENCIA
INGRATITUD VS. GRATITUD
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Obispo Julio Freitas
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
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