En la carta a las iglesias, del libro del Apocalipsis, se percibe que el diablo no se preocupó por enviar falsos cristianos en el medio de las otras cinco iglesias, pues ellas ya estaban corrompidas por otros tipos de problemas, tales como: abandono del primer amor, comer cosas sacrificadas a los ídolos; práctica de la prostitución; tolerancia de Jezabel; doctrina de Balaam y obras de los nicolaítas.
La iglesia en Filadelfia debe haber sido un ejemplo de comunidad cristiana, teniendo en cuenta la manifestación de su ardiente primer amor. Como consecuencia, tenía la puerta abierta para la prédica del Evangelio. Esto significa que la iglesia que tiene la puerta cerrada a la prédica del Evangelio no debería haber sido aprobada por el Señor. Él dice más: “Por cuanto has guardado la palabra de Mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la Tierra.” Apocalipsis 3:10
Una de las cosas más increíbles en toda la Biblia es la condición por la cual Dios cumple todas Sus promesas. Su Palabra registra más de ocho mil promesas Suyas para la humanidad. El cumplimiento de cada una de ellas, sin embargo, depende solo del propio ser humano.
Hay un precio que este tiene que pagar, y eso no está por encima de su capacidad. Al contrario, todos tienen la condición necesaria, pues Dios no exige nada de nosotros más allá de lo que podemos dar.
La condición del cumplimiento de Sus promesas es la obediencia a Su Palabra. Y es exactamente esto lo que el Señor le afirma a la iglesia en Filadelfia: “Por cuanto has guardado la palabra de Mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba…” Apocalipsis 3:10
Una cosa depende de la otra: porque fue perseverante, será protegido de la hora de la prueba que vendrá sobre todo el mundo. El Señor Jesús mostró que las bendiciones de Dios están condicionadas a una actitud de nuestra parte cuando nos enseñó a orar: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.” Mateo 6:14-15
Esa “hora de la prueba” significa la Gran Tribulación que vendrá sobre toda la Tierra. Pero los cristianos que tengan el carácter de acuerdo con los de la iglesia en Filadelfia, serán arrebatados antes de eso. El Señor dice:
“He aquí, Yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, Yo lo haré columna en el templo de Mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de Mi Dios, y Mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 3:11-13
En estos últimos versículos, el Señor Jesús exhorta a la iglesia en Filadelfia a que conserve siempre el mismo patrón espiritual de fe, porque solo así será capaz de mantener su corona de la vida.
Eso realmente es verdad, pues muchos, que antes poseían esa misma calidad de vida espiritual, se acomodaron en la fe y terminaron desistiendo, porque se conformaron en su conducta cristiana y se dejaron seducir por los deleites del mundo. Cambiaron la bendición de la primogenitura, de la Salvación eterna, por un plato de lentejas, o sea, por la “comida” de este mundo. Perdieron el aceite del Espíritu Santo y, por eso, el fuego se apagó.
Esta advertencia es un alerta para todos los que están determinados a pagar cualquier precio para la conquista de su salvación, y también para los que se han involucrado con la doctrina que dice que “una vez salvo, salvo para siempre”.
El Señor Jesús viene pronto, ¡y el diablo sabe eso! Por eso, hay un torrente de doctrinas diabólicas esparciéndose por todo el mundo, en un intento desesperado de llevarse al máximo número posible de personas sinceras y desatentas.
Amigo lector, si usted desea conquistar la vida eterna necesita mantenerse despierto, vigilante todo el tiempo, comprobando toda doctrina con las Sagradas Escrituras.
Y no se fundamente solo en uno u otro versículo suelto de la Biblia. Busque compararlo con todo el texto sagrado, pues el diablo suele usar versículos sueltos para confundir a los incautos.
Si hay alguna duda, entonces pare y ore al Espíritu Santo, en el nombre del Señor Jesús, para que Él le dé la dirección correcta. Nunca se deje llevar por las emociones del predicador, ¡sino por su propia fe en la Palabra de Dios!
En todos los desenlaces de las cartas apocalípticas, el Señor Jesús deja muy claro que el vencedor no es el que conquista una vida económica estable, o el que tan solamente no se deja llevar por los vicios o por una vida de libertinaje.
¡El vencedor es el que se mantiene salvo hasta la vuelta del Señor Jesucristo! ¡El que vive en este mundo, pero que no tiene ninguna relación con él!
Si usted se preocupa por el destino de su alma, participe este miércoles de una reunión en la Universal de Av. Corrientes 4070, Almagro o en una iglesia más cercano a su domicilio, haciendo clic aquí.
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