Todos los días, ella camina cinco cuadras para ir a la escuela. Dedicada y atenta, se sienta en la primera fila, porque no quiere perderse ni una sola explicación dada durante las clases.
Anastasia Guzmán es una señora de 83 años, que vive en la aldea Agua Azul Sierra, en Santa Cruz de Yojoa, en Honduras. Ella decidió aprender a leer, a escribir y a comprender para poder realizar un sueño: leer la Biblia.
La actitud de esta mujer de edad avanzada, se produjo hace tres años, cuando su nieta, Astrid Fernanda Márquez, comenzó a asistir al primer grado de la escuela primaria. Entusiasmada con la idea de aprender a leer, Anastasia procedió a enviar un cuaderno más en la mochila de la niña, para que la maestra también le enviara a ella tareas para hacer en casa.
Conmovida por la historia y por la fuerza de voluntad de Anastasia, la maestra la invitó a que participe de las clases y se responsabilizó por su inscripción de manera formal, para que al final del curso, ella obtenga su diploma.
“Estoy feliz porque puedo ir a la escuela para aprender. Me gusta pensar que estoy saludable y fuerte”, le dijo Anastasia al sitio web La Prensa.
Valorando lo más importante
La historia de Anastasia Guzmán trae una reflexión de lo importante que es que una persona sea firme en sus ideales. Sus deseo de leer y entender la Palabra de Dios superó las dificultades que atravesó en la vida, y en medio de los niños, ella es un gran ejemplo de la fuerza de voluntad.
Pero, lamentablemente, existen personas que, aun sabiendo leer y escribir, no le dan mucha importancia a lo que dicen las Sagradas Escrituras. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.” (Josué 1:8)
Aun sabiendo que en los días de hoy las personas dedican poco tiempo a la lectura, es importante destacar que, aquel que realmente quiere conocer a Dios, debe conocer Su Palabra y, sobre todo, ponerla en práctica.
Si usted reconoce que necesita acercarse más a Dios, participe de una reunión en una Universal más cercana a su domicilio. Vea las direcciones aquí.