• El obispo Julio comenzó la Jornada por la Justicia Divina invitando a la audiencia a reflexionar sobre esta pregunta.
Seguidamente, se transmitió un mensaje que el Obispo grabó en el Jardín Templo de Salomón, en el que dijo que no debemos aceptar las injusticias, la miseria, el fracaso y las enfermedades. “No acepte que su cuerpo sea templo de las enfermedades, porque la Promesa de Dios es que su cuerpo sea Templo del Espíritu de la Justicia”.
• Durante la Jornada se transmitió el Caso Verídico de Camila, quien sufrió durante la infancia por ver a su padre alcohólico y violento. El trauma que padeció la condujo al odio, a las adicciones, a tener desequilibrios psicológicos y espirituales y, paradójicamente, a repetir los mismos patrones de conducta que vio en su casa.
• Camila tenía la necesidad de autodestruirse, lo que la llevaba a tener una vida de excesos y descontrol. Llegó al fondo del pozo cuando contrajo VIH. En una oportunidad, la invitaron a la Universal. Allí conoció a Jesús, aprendió a perdonar y a perdonarse a sí misma, se arrepintió de sus pecados, se bautizó y al poco tiempo recibió al Espíritu Santo.
• En una Hoguera Santa entendió que no era justo seguir enferma a pesar de ser Ciudadana del Reino de Dios y fue así como un acto de Fe produjo la sanidad. Hoy está completamente sana y formó una familia Bendecida.
• El obispo concluyó la Jornada enseñándole a la audiencia a usar la indignación de manera correcta, sin alimentarla con odio ni pensamientos negativos, sino siendo Justos y yendo al Altar.