Sí, la pregunta es para usted. ¿Cuál fue el día, de todos los de su vida, que se sintió más feliz? Piense en la respuesta. Identifique el día.
¿Qué sucedió ese día? ¿Por qué fue el más feliz?
¿Usted tuvo alguna participación en la causa de esa felicidad? ¿Fue por alguna actitud suya, merito propio, o algo totalmente involuntario, que simplemente le sucedió a usted?
¿Cuáles fueron las decisiones claves, elecciones o actitudes que usted tomó que le llevaron a ese día?
¿Usted ya compartió sobre ese día con su persona amada? Si no, ¿por qué?
¿Qué tendría que suceder en un futuro día para que este se vuelva aún más feliz del que usted recordó? O sea, ¿cómo sería el próximo día más feliz de su vida? ¿Cree que ese día llegará? ¿Cuándo? ¿Qué tendría que hacer en el presente para facilitar la llegada de ese día?
Fueron 13 preguntas hasta aquí.
La mayoría de los que van a leer este post simplemente no responderá ninguna de ellas. Una minoría responderá una o dos. Algunos pocos, realmente muy pocos, se tomarán el tiempo para “viajar” en todas las respuestas. Ellos, y solamente ellos, descubrirán cosas interesantes sobre sí mismos, tendrán nuevas inspiraciones para el futuro y mayores chances de superar el día más feliz de sus vidas hasta aquí.
Elija quién va a ser.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
[related_posts limit=”7″]