Al igual que el cuerpo humano necesita ingerir alimentos y agua para funcionar, la vida espiritual de cada individuo también requiere cuidado. Con esta intención de cuidar la vida espiritual, cada miércoles se realiza la “Noche del Novio”, en el Templo de Salomón (San Pablo) y también en el resto del mundo. Durante los encuentros se transmite un mensaje del obispo Edir Macedo.
En la última reunión, el obispo Macedo volvió a hablar sobre la parábola de las vírgenes y del compromiso necesario para la comunión del hombre con Dios. “Muchos quieren los favores de Dios, las bendiciones, pero no Le dan prioridad y la vida con el Creador va quedando en último lugar. Es como las vírgenes necias que dejaron que el aceite de sus lámparas se acabe. Cuando se dieron cuenta, ya era demasiado tarde”, resaltó el obispo.
Relacionando la parábola en los días actuales, la lámpara representa la comunión con Dios y el aceite es el combustible para mantenerla encendida. Es imposible mantener la comunión sin el mantenimiento diario de la fe.
Usted puede conocer las enseñanzas, decir que es cristiano, ir a la Universal periódicamente, sin embargo nada de eso es garantía para tener acceso a la eternidad.
El obispo incluso explica que hay personas que tienen el “aceite”, pero no logran permanecer en la fe. Son personas que hacen todo “bien”, que escuchan la palabra, que participan de las reuniones, pero no le dan prioridad a la salvación.
Los encuentros
Cada miércoles es especial. Es lo que cuenta la bancaria Adriana Cinthia Paulon, de 34 años, (foto al lado) que participa desde el primer encuentro.
“‘La Noche del Novio’ despertó la necesidad de buscar un estrechamiento en mi relación con Dios. La parábola de las vírgenes necias nos advierte que, solo por un descuido, ellas dejaron de disfrutar de las bodas con el novio. O sea, perdieron el derecho de pasar la vida eterna en la presencia de Dios. Busco prepararme para participar de esta reunión y no dejar que ningún compromiso profesional o cualquier otro me impida estar aquí. Yo le doy prioridad y la valoro mucho”, dice.
La rutina, la falta de tiempo y las tareas nos llevan a darle prioridad a muchas otras cosas que, aparentemente, son importantes en nuestro día a día. Ya no hay tiempo para leer la Biblia, para hablar con Dios y muchos van a la iglesia de manera mecánica, como algo rutinario. Pero se necesita mucho más.
El obispo Macedo hace una comparación entre los preparativos de un casamiento y cómo debemos actuar para darle prioridad a la Salvación. “Cuando usted está comprometido con una persona, sus pensamientos giran 24 horas por día alrededor de aquella persona y del momento que vivirá en breve. Así tenemos que hacer cuando se trata de Dios: pensar en lo que a Él le agrada.”
La “Noche del Novio” nos hace reflexionar sobre algo que está más allá del mundo físico. Es momento de detenerse a evaluar la comunión con Dios. Es cuando encontramos las respuestas para muchas preguntas como “¿Qué haría para tener la vida eterna?”, “¿En qué me estoy equivocando?” o “¿Qué es lo que Dios quiere de mí?”
Si usted desea cuidar su mayor bien, que es su alma, esta es la oportunidad. Participe este miércoles a las 20h en una Universal más cercana a usted. Para ver la dirección ingrese aquí.
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