“Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y Le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios Le dará el trono de Su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su Reino no tendrá fin (…) Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra; por eso el Santo Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios”. Lucas 1:31-35
Cuando el Espíritu Santo viene y entra en una persona, esta concibe hijos para Dios.
Inclusive Obispo, recuerdo cuando usted dijo una vez: “Oh Dios, si Tú no me das pastores nacidos en la casa, yo no voy a salir de aquí…”
¡Y vea la generación que Dios generó de usted!
¡He aquí una prueba más de que el Espíritu Santo entró en usted! ¡Es muy fuerte!
La verdad es que donde hay esterilidad en el nacimiento de hijos de Dios no existe la acción del Espíritu Santo, en realidad, ¡Él nunca entró!