El autosabotaje puede ser un reflejo de traumas y de mecanismos inconscientes para permanecer en la zona de confort. Descubrí cómo impedir que esto sea perjudicial para tu vida profesional
Es natural que el ser humano busque desarrollarse en sus actividades, lo que también se aplica al trabajo. Al empezar una nueva función se abre un universo de posibilidades, pero, a medida que pasa el tiempo, es común que surjan las ganas de crecer y asumir nuevas responsabilidades. Sin embargo, el camino hacia el éxito puede estar lleno de barreras, que van desde desafíos externos, como las relaciones con jefes o compañeros, hasta obstáculos internos, como el autosabotaje.
El autosabotaje es el comportamiento de perjudicarnos a nosotros mismos y podemos sufrirlo en el transcurso de nuestros días. Generalmente ocurre como una forma de autodefensa que la persona crea para no “sufrir” y también como consecuencia de traumas del pasado. En la práctica, es como si la mente creara excusas para evitar cambios que puedan causarle malestar, precisamente por estar fuera de la zona de confort.
En un principio, el autosabotaje parece proteger a la persona de los peligros que existen en los nuevos desafíos, pero en realidad impiden su desarrollo. Normalmente, las personas que se sabotean profesionalmente no logran sus objetivos en esta área y, como resultado, tienden a sufrir depresión y trastornos de ansiedad a largo plazo. Son personas que no perseveran en su ámbito de trabajo y no hacen lo suficiente para crecer.
Todo empieza en la mente
El autosabotaje puede ser algo puntual o acompañar al profesional durante toda su vida, pero una cosa es segura: se presenta en forma de pensamiento. Detrás de estos comportamientos en el trabajo, hay muchas creencias de inferioridad e incapacidad que la propia persona alimenta, y son precisamente estos pensamientos con relación a sí misma que la motiva a tener estas actitudes disfuncionales.
El autosabotaje no siempre es una cuestión de falta de capacidad, sino que puede estar relacionado con la dificultad del individuo para reconocer su valor y con el hecho de pasar mucho tiempo comparándose con los demás. Los que se sabotean profesionalmente por lo general sufren de baja autoestima, se aíslan socialmente, no aceptan desafíos profesionales, son procrastinadores y no buscan desarrollarse para alcanzar un mejor estatus.
También cabe destacar la cultura de alto desempeño que ha cobrado notoriedad en los últimos años. Esta necesidad de ser “perfecto” tiende a llevar a las personas a creer que son insuficientes y a exigirse cada vez más. Las redes sociales han sido una gran fuente de comparación que también ha llevado a muchas personas acomplejadas a disminuirse y a desistir de su profesión porque se creen menos que las personas que más se exponen allí.
Enfocarse en el lugar correcto
Para salir de este ciclo dañino, el primer paso es hacer una autoevaluación y reconocer en qué te autosaboteás; también es necesario sanar los traumas que te llevaron a esa situación. Recurrí a un especialista de ser necesario para recibir la ayuda adecuada.
No obstante, es importante reconocer la visión que Dios tiene de nosotros mismos, Quien nos hizo fuertes para superar cualquier obstáculo. De esta manera, podremos vencer los pensamientos de inferioridad.
Invirtiendo en vos mismo
Para aprender más sobre la fe aplicada en la vida profesional, podés participar de la reunión de Prosperidad con Dios, que se realiza los lunes, en diferentes horarios y en todos los templos de la Universal.