En una ciudad muy pequeña del interior, los recolectores de basura hicieron una huelga y el camión de basura dejó de pasar. Esa huelga duró meses. Era insoportable ver tanta basura esparcida por todas las veredas y patios de la ciudad, el olor era horrible.
Un ciudadano, no aguantando más ver su patio lleno de basura y con tanto mal olor, dijo: ¡Ya sé cómo librarme de toda esa basura!
Compró cajas de cartón, papeles de regalo y algunas cintas. Puso toda su basura dentro de las cajas, las envolvió y les puso incluso moños. Llegando a una plaza pública, abrió el portaequipaje del auto y dejó las cajas a vista de todos, y se quedó escondido detrás de un árbol, observando pacientemente.
Las personas que pasaban por allí, no viendo a nadie cerca del auto, creyéndose muy astutas, tomaban las cajas y salían corriendo, pensando estar llevándose a casa algo de mucho valor. Pero, llegando a casa, al abrir la caja, se deparaban con la triste decepción: aquello que por fuera parecía ser lindo, por dentro estaba lleno de basura y mal olor.
Conclusión: Muchas personas han llevado la basura de este mundo hacia adentro de sus casas. Lamentablemente, existen muchas personas llenas de basura en su interior, y ellas quieren pasarles sus basuras a otros. Existen también aquellos que, pensando ser muy astutos, están llevando esas cajas llenas de engaño hacia adentro de su interior, sin darse cuenta de que se están contaminando a sí mismos.
Aquí están algunas de las basuras que muchos quieren que usted lleve hacia adentro de su casa (su interior): dudas, miedo, malicia, orgullo, rebeldía, incredulidad, odio, etc.
Sentimientos malignos que contaminan al hombre y lo alejan de Dios.
Cuide su interior.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida. Proverbios 4:23
Colaboró: Pastor Luis Marcelo da Silva