Ellas pueden tener efectos destructivos en las personas
Sean éstas de incentivo, de enojo, de alegría o de tristeza, las palabras tienen un gran poder: ya que pueden tanto derribar como levantar. Por eso es importante que se piense mucho antes de tirarlas como si nada. Muchas personas llegaron a darle un fin a vínculos amorosos por lo que llegaron a decir, sin pensar. En un momento de furia, es común decir cosas y arrepentirse después; por lo tanto, es importante controlar lo que se dice. ¿Usted ya se puso a pensar en el poder que tienen sus palabras?
Para Cristiane Cardoso, columnista y autora de los libros “La Mujer V” y “Mejor que Comprar Zapatos”, es importante que se tenga cuidado al usarlas. “Maridos que se fueron de casa; esposas que volvieron a la casa de sus padres; hijos que se entregaron a las drogas y al alcohol, etc. Todo por palabras que jamás deberían haberse dicho. Estas palabras que insisten en salir de la boca de determinadas personas son peores que un asesinato. Matan por dentro y la persona tiene que trabar una verdadera lucha para permanecer viva por fuera. Las palabras pueden ser como ¡tiros en el alma!”, destaca.
La escritora afirma que lo mejor que se puede hacer para evitar ofensas es nunca hablar cuando se está enojadísimo o demasiado emotivo. “Es casi imposible filtrar las palabras que salen de nuestra boca en esos momento. Deje que las cosas se calmen; tal vez sea mejor hablar al día siguiente o con el correr de la semana. Si aun así usted no se siente segura para tocar el tema, no hable”, aconseja.
“Pude conversar con muchas mujeres que tenían todo para ser exitosas, pero no lo son por causa de una palabra de muerte o de crítica destructiva”, destaca Cristiane Cardoso.
“Vamos a escuchar más y a hablar menos, pues ‘El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.”, finaliza la escritora, citando el versículo bíblico del libro de Proverbios, capítulo 13, versículo 3.