“¿Cómo hago para combatir los sentimientos que desgastan la fe?” – Amiga.
Respuesta:
Existe una serie de cosas que pueden separar a la persona de la presencia de Dios. Sin que ella se dé cuenta, “pequeños sentimientos” comienzan a dominar su interior. Son como la polilla, van erosionando hasta que destruyen todo lo bueno que había en su interior.
Es en ese momento que todo comienza a salir mal: problemas, miedo y dudas ahora son parte de su vida cotidiana.
Usted no sabe de dónde vino todo eso, en qué momento las cosas comenzaron a salir mal, pero la verdad es que ahora siente que el mundo se derrumbó sobre su cabeza y no sabe cómo salir de esa situación.
Aquí hay una pequeña lista de cosas que la hacen caer en la fe:
– Malos ojos: no logra ver el lado bueno de las personas, solo los defectos;
– Envidia: nunca es feliz con la bendición de los demás;
– Chismes: no cuida su lengua, siempre está esparciendo noticias y generando problemas;
– Celos: siempre quiere ser el centro de la atención, no acepta compartir su espacio con nadie;
– Quisquillosa y emotiva: por vivir por el sentimiento siempre actúa mal y no logra usar la fe para ser bendecida;
– No sabe perdonar: guarda rencor hacia las personas, lo que estorba en su comunión con Dios;
– Pereza espiritual: no tiene ganas de buscar a Dios, leer la Biblia, y comienza a estar fría en la fe.
Vamos a cuidarnos para que ninguna de estas cosas nos separen de la presencia de Dios. Cuidado, ellas vienen subrepticiamente, cuando usted se da cuenta ya está mal y sin fuerzas para levantarse.
(*) Respuesta retirada del blog de Tania Rubim
[fotos foto=”Thinkstock”]
[related_posts limit=”4″]