Cuando el Señor Jesús le hizo la advertencia a la Iglesia de Laodicea (una de las Cartas del Apocalipsis), Él mostró lo mucho que las conquistas de este mundo no superan ni equivalen a la conquista del Reino de los Cielos.
Vea el caso de la Iglesia de Laodicea, ¡¡¡aparentemente tenía “todo”!!!
Incluso hemos estado allí, y lo que los historiadores realmente comprueban es que la ciudad era próspera y rica. Las personas de Laodicea se enorgullecían de sus adquisiciones en conocimientos en el área de la oftalmología, e incluso ya producían un tipo de colirio. En ese momento, la ciudad también era la capital de la moda, porque producía una lana de color oscuro muy valiosa.
Sin embargo, el Señor Jesús hizo una fuerte declaración referida a lo que ellos pensaban que tenían:
“Porque dices: ‘Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad’; y no sabes que eres un MISERABLE y DIGNO DE LÁSTIMA, y POBRE, CIEGO y DESNUDO…” Apocalipsis 3:17
Jesús mostró que, en realidad, ellos no tenían NADA, aun pensando que sí. Y lo más impactante viene después, a través de un consejo:
“…te aconsejo que de Mí COMPRES oro refinado por fuego para que TE HAGAS RICO, y vestiduras blancas para que TE VISTAS y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para QUE PUEDAS VER”. Apocalipsis 3:18
¡Jesús les aconsejó que hicieran una COMPRA! Él les propuso una NEGOCIACIÓN.
Jesús no dijo: “Estamos en la gracia, te aconsejo que RECIBAS, porque te doy. ¡¡¡NO!!! Él dijo: «COMPRES».
Y así, podemos entender como:
* ORO, refinado por fuego – renuncia.
* VESTIDURAS blancas – arrepentimiento.
* COLIRIO – entendimiento.
A fin de cuentas, para la conquista del Reino de los Cielos es necesario COMPRAR, es decir, PAGAR EL PRECIO.