La Universal desempeña un importantísimo papel en Angola, país localizado en la costa occidental de África y que sufrió, durante largos años, con la guerra civil después de su independencia. Los recuerdos de ese periodo aún se sienten en el día a día de la población.
El trabajo de la Universal es realizado por más de 400 pastores y obreros que trabajan incesantemente para auxiliar en el cambio de vida de aquellos que necesitan.
En el país, son más de 200 templos. La institución cuenta con aproximadamente 500mil fieles unidos por la misma dirección: la transformación de vidas en base en la Palabra de Dios.
La fuerza de la juventud
En Benguela, capital de la provincia de mismo nombre, en el oeste de Angola, la Universal también está presente y cuenta con la fuerza de la juventud en sus actividades. Más de 600 jóvenes participan de acciones para auxiliar a la población de las más diversas formas.
El 1° de febrero, la Fuerza Joven Universal (FJU) realizó una actividad para ayudar a una institución que mantiene a huérfanos de guerra y niños que fueron abandonados por la familia.
De acuerdo con el obrero Aníbal Francisco, de 41 años, que coordinó el evento, la FJU hizo una campaña para recaudar material escolar para distribuir a los niños de la aldea S.O.S Capiandalo, en los alrededores de la ciudad.
La acción comenzó en la semana anterior al evento y también recaudó ropas, que fueron distribuidas entre los niños. “Como el año lectivo comienza en febrero, los libros, cuadernos, lápices y las ropas le servirán a los alumnos que comienzan una nueva etapa en sus estudios”, dijo Francisco.
Recado para los niños
Francisco (de camisa blanca, en la foto de abajo) sabe muy bien lo difícil que es la vida de esos niños, víctimas de abandono. “Es muy fácil perderse en la vida. Hace 14 años yo era adicto a la bebida alcohólica, fumaba, robaba, engañaba y me prostituía.”
Él cuenta que vivió en la calle y era humillado por los supuestos amigos. “Llegué a intentar suicidarme tres veces. Hoy, gracias a Dios, conocí la Universal y me liberé de todos los vicios. Me casé con una gran mujer de Dios y tengo tres hijas bendecidas.”
Francisco es obrero desde hace 13 años y responsable por el trabajo de la Fuerza Joven provincial. “Amo lo que Dios hizo conmigo y mi gratitud es ayudar a las demás personas.”
Al final del evento, Francisco hizo hincapié en destacarles a los niños que participaban del encuentro, el trabajo realizado por los profesionales que cuidan de ellos. “Valorícenlos y no dejen de estudiar para que en el futuro sean ingenieros, médicos, abogados.”
La alegría estaba en el rostro de las educadoras de los niños. Ellas agradecieron e invitaron a la FJU a visitar más veces la aldea, pues necesitan de mucha ayuda.
[fotos foto=”Cedidas”]
[related_posts limit=”7″]