Me gustaría compartir esta Palabra, pues tengo certeza de que el Espíritu Santo oirá nuestro clamor, ayuno y humillación.
“Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay quien venga a las fiestas solemnes; todas sus puertas están asoladas, sus sacerdotes gimen, sus vírgenes están afligidas, y ella tiene amargura.” Lamentaciones 1:4
Aquellos que se humillan debajo de Su Poderosa mano, serán exaltados por Él. (1 Pedro 5:6)