Todos los días tenemos que tomar decisiones. En cada momento tenemos que tomar decisiones, desde las más simples, como qué ropa usar, hasta qué comer. El poder de decisión es nuestro, como también las consecuencias de las actitudes que tomamos.
Marlene Gobbi, de 52 años, (foto de al lado) hizo malas elecciones y vivió llena de traumas, fracasos y dolores. A los 7 años, perdió a su madre y fue a vivir con su abuela, pues su padre había abusado de ella.
“Me convertí en una niña depresiva, angustiada y llena de traumas. Tenía el deseo de matar a las personas”, cuenta. La joven creció con el interior herido y comenzó a creer que el matrimonio solucionaría sus problemas.
A los 18 años, ella conoció a un joven y quiso casarse con él. Su familia estaba en contra de esa relación. Sin aceptar la situación, la tía de Marlene afirmó que prefería verla a ella y al novio muertos que casados. “Me casé y allí comenzó mi mayor sufrimiento. Fui traicionada y viví en la miseria. Tuve dos hijos, pero, cuando eran pequeños, mi esposo me abandonó y se fue a vivir con la amante”, relata.
Algunos meses después de irse de la casa, el marido de Marlene murió en un accidente automovilístico. Ella entró en una desesperación por no saber lidiar con la situación. Su interior estaba tan derrumbado que ella pasó a oír voces y a ver cosas.
La joven comenzó a tener fuertes dolores de cabeza y deseos de morir. “No aceptaba morir y dejar a mis hijos, por eso planeé mi muerte y la de ellos. Marqué el día y la hora, pero cuando llegó el momento, me puse a llorar. Clamé a Dios, le dije que si Él existía que haga algo”, relata.
Un día, viendo la programación en la TV, escuchó el testimonio de una persona que había pasado por situaciones parecidas a las de ella y que su vida fue transformada.
Ese mismo día, ella buscó una Universal. Marlene comenzó a hacer la cadena de liberación aún delante de las dificultades y luchas. “Seguí todos los consejos que me daban en las reuniones, hice propósitos, pero hubo momentos en los que pensé desistir. No había visto un cambio total. Mis hijos continuaban con una vida equivocada.”
Marlene se había liberado del todo el tormento, pero sus hijos sufrían. “Necesitaba luchar por la liberación de ellos y decidí hacer una entrega total en el Altar. Luego de mi actitud de fe, pasé a confiar más en Dios y fue cuando Él pudo transformar mi vida y la de mi familia”, dijo. Hoy, ella tiene una familia restaurada y sus hijos están bien casados.
¿Está pasando por problemas espirituales? Sepa cómo liberarse de ellos participando todos los viernesa las 8, 10, 16 y 20h en la Reunión de Liberación en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o ingrese www.universal.org.ar/direcciones y encuentre una iglesia más cercana a usted para que pueda participar.
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