La familia Dalmau enfrentó momentos muy duros, debido al nerviosismo de unos de sus hijos, que causaba peleas y maltratos. Emanuel, el agresor cuenta: “Yo era muy rebelde, no me importaba nada, no medía las consecuencias de mis actos. Cada vez que golpeaba a mi hermana no me controlaba, solo quería descargar mi nerviosismo extremo. Lo peor que hice fue golpear en la cara a mi propio padre, después de que me di cuenta de lo que había hecho me invadió una gran vergüenza, hasta pensé en suicidarme”.
Gisel, su hermana, recuerda que en su casa había mucho maltrato. “Mi hermano me agredía hasta llegar al punto de golpearme físicamente y a mi padre también. Llegué a pensar en pedir ayuda judicial para evitar más golpes de mi hermano”, recuerda al pensar en los momentos difíciles que pasaba en su propia casa.
Lo que destruyó completamente a la familia fueron las enfermedades que afectaron seriamente la salud del padre. Carlos estuvo a punto de morir al sufrir una pancreatitis severa, pero ese no era el único problema de salud, además, le detectaron tres tumores en los pulmones.
En el peor momento, se acordaron de la Universal donde habían sido felices y decidieron volver. “Así lo hicimos, comenzamos a participar de las reuniones de los días martes, viernes y domingo. Entonces, fui sanado completamente, los médicos no encontraron una explicación para lo que había sucedido”, cuenta Carlos.
A través de la fe Emmanuel fue libre del nerviosismo, juntos cambiaron su situación al recurrir al Dios Vivo. “Hoy mi familia está transformada, nos amamos inmensamente. Ahora somos una familia bendecida en todos los aspectos”, concluye Carlos junto a su esposa y sus hijos.
Ellos concurren a la Universal en Rioja 1448, Mendoza
[related_posts limit=”17″]